Presento una breve reflexión no social ni antropológica, sino teológica sobre la violencia a las mujeres.
En la Biblia Dios es presentado como una Madre tierna que no se olvida nunca de sus hijos; como la Sabiduría que dirige e ilumina el mundo; el Espíritu es aliento y vida femenina; Jesús compara el Reino con una mujer que fermenta con un poco de levadura toda masa de harina, lo compara también con mujer que barre su casa para buscar la dracma perdida.
Pero en la Iglesia, en la liturgia y en el arte ha prevalecido la imagen de un Dios exclusivamente masculino, Padre todopoderoso, Creador y Señor del cielo y de la tierra. La imagen del pastor con la oveja a cuestas prevalece sobre la imagen de la mujer que ba rre su casa.
Las teólogas hoy constatan que este lenguaje y esta imagen exclusivamente masculina de Dios se proyecta negativamente sobre la familia y la sociedad, donde el varón domina y muchas veces excluye y agrede a la mujer; y también repercute en la Iglesia donde la mujer queda marginada en la comunidad eclesial y excluida de los ministerios ordenados que solo corresponden a los hombres, verdaderas imágenes de Cristo.
Añadamos que los abusos sexuales cometidos por clérigos o religiosos a niños y niñas, no son solo una cuestión de sexualidad, sino también un abuso del poder sagrado.
Necesitamos una profunda conversión personal, familiar, social y eclesial, abrirnos a la luz del Espíritu a una imagen no exclusivamente masculina de un Dios que es un Misterio que desborda todo género, que es tanto Padre como Madre. Es urgente promover una familia y una sociedad no machista y una Iglesia que no sea clerical ni patriarcal. Hoy la voz de la Iglesia, cuando defiende la igualdad y dignidad de la mujer en la sociedad, está muy descreditada.
Esta conversión no solo del lenguaje, sino de mentalidad y de estructuras, colaborará a una visión más respetuosa y positiva de la mujer y de su dignidad en la familia, la sociedad y la Iglesia. Hemos de ayudar a bajar de la cruz a las mujeres crucificadas a lo largo de la historia y edificar un mundo inclusivo, fraterno y sororal.
* Es jesuita y teólogo.