Patrimonio es un conjunto de bienes a los que se le atribuyen valores a ser transmitidos, de una época a otra o de una generación a las siguientes. En el caso del patrimonio arquitectónico de Sucre, es la riqueza de la ciudad, es su fortaleza para atraer turismo que beneficia a todos.
A pesar de las aberraciones que se han cometido contra la bella mezcla de estilos en la arquitectura sucrense, la ciudad capital boliviana sigue siendo hermosa, pero cada día se descubren o desenmascaran obras que, sin cumplir normas y sin permiso de nadie, aparecen de la noche a la mañana. Es el caso de un todavía esqueleto de varios pisos ubicado a cuatro cuadras de la plaza principal; dice que tiene dos accesos, uno por la calle Potosí y otra por la Dalence, y afecta no solamente a los vecinos sino a la imagen y vista panorámica del centro histórico de la ciudad más antigua de lo que hoy es Bolivia.
En una de las puertas de acceso a la construcción existen varios carteles que determinan claramente la suspensión de obras, emitidos por la Alcaldía, instrucción que han ignorado los responsables de la obra que, según se ha informado, tienen gran influencia porque ocupan altos cargos judiciales. La Dirección de Patrimonio Municipal cumplió con instruir la paralización de la obra, pero, ¿quién se ocupa de hacerla cumplir? No se ha logrado hasta ahora una respuesta convincente, ni siquiera tranquilizante, pero en este tema se irá hasta el final porque no existe solamente el temor de perder el título patrimonial que ostenta la ciudad, sino el patrimonio mismo, debido a la irresponsabilidad de los que ignoran las normas y aprovechan su poder efímero, dejando daños permanentes y aprovechando la inacción de las autoridades, que por poco efectivas permiten la destrucción de nuestro patrimonio.
En las redes sociales han aparecido voces de ignorantes apoyando la construcción de estos edificios, impulsando un desarrollo que no entienden y tratando de envidiosos a quienes defienden la riqueza y la identidad de pueblos y naciones.
Sucre genera turismo por lo que tiene en arquitectura, en cultura, en arte, y tenía mucho más y lo hemos perdido. Si se sigue el criterio de los que opinan creyendo que el desarrollo es meterle nomás, o los que actúan pagados o amedrentados para decir una u otra cosa, el futuro es lamentable para nuestra bella ciudad. NO LO PERMITAMOS.
