Vladimir Putin, que es un autócrata y se siente el nuevo zar de Rusia, creyó que tras invadir Ucrania, en una semana Volodímir Zelenski y su gabinete caerían de rodillas a sus pies. Mal cálculo político y estratégico.
Putin lo subestimó. Jamás se imaginó que Ucrania –no siendo miembro de la OTAN– recibiría apoyo militar, económico y diplomático de los países miembros.
Esta guerra absurda es una obsesión expansionista y de poder de Putin. Este asegura que Ucrania pertenece a Rusia.
La guerra, que ha sido un remezón para el mundo, comenzó el 2014 cuando Rusia se anexó Crimea y hace un año invadió la zona de Donbás.
Dicha guerra ha causado sufrimiento a millones de víctimas inocentes. Según la ONU, se habría registrado cerca de 18.000 civiles entre muertos y heridos. Y se estima que 250 mil militares de ambos lados habrían fallecido y resultado heridos.
Según Acnur, casi 8 millones de ucranianos se han visto obligados a emigrar, creando una gran grave crisis humanitaria y de refugiados en Europa. Estos han perdido familiares, sus hogares, trabajos y su vida entera porque Ucrania está destruida.
A raíz de la globalización, ciudadanos de países de varios rincones del mundo que nada tenían que ver, se han visto afectados. Hoy en día, el impacto de una guerra, aunque sea en un lugar alejado, altera al planeta y a sus habitantes.
Rusia suministraba cerca de 25% del petróleo y 40% de gas a la Unión Europea. A raíz de que estos países dejaron de comprarle, subieron los precios y ciudadanos de la UE así como de EEUU han tenido que pagar las consecuencias por el alza de los carburantes.
Lo peligroso es que sigue la escalada de la guerra. Ni las sanciones que ha impuesto occidente a Rusia como dejar de comprarle hidrocarburos o como cuando congeló cerca de $us 324 mil millones de las reservas de divisas del Banco Central de Rusia, doblan el brazo a Putin.
Este, sin embargo, cuenta con un aliado poderoso: China. Este país le ha comprado hidrocarburos a precios rebajados. Y según EEUU, China estaría considerando enviar armas y municiones a Rusia. Esto provocaría una situación peor.
Tras un año de invasión, China ha presentado un plan de paz de 12 puntos para terminar la guerra. Entre ellos, el cese del fuego por ambas partes; evitar el uso de armas nucleares; el fin de las sanciones; y el respeto a la soberanía de los países.
Zelenski, desesperado porque sigue pidiendo apoyo a occidente y deseoso de que termine la guerra, no desestimó la propuesta y expresó su deseo de reunirse con Xi Jinping.
Autoridades de la UE, la OTAN y EEUU, sin embargo, han puesto una serie de reparos a dicho plan ya que China, en inicio, ha tomado partido. Probablemente la mediación de un país neutral, resultaría mejor.
Entretanto continúa la amenaza del uso de armas nucleares porque Putin quiere ser el vencedor. Es más: anunció que suspenderá su participación del tratado Nuevo START de control de armas nucleares con EEUU, lo cual pone en vilo la paz del mundo. Para muchos, ronda el fantasma de la Tercera Guerra.
Hace unos días, en la ONU, 141 países votaron a favor de que Rusia retire sus tropas de Ucrania. Bolivia, así como Cuba, se abstuvo. En lo respecta a nuestro país, la vergonzosa decisión va en contra de la Constitución Política del Estado. Mala política exterior.
Una negociación diplomática es el único camino para el cese del fuego. Zelenski, con razón, ha anunciado que no cederá un milímetro de su territorio.
Por ahora, la pregunta del millón es cuánto tiempo durará la guerra.
