Entre el “Día Nacional del Peatón y del Ciclista en Defensa de la Madre Tierra”, que fue fijado para el primer domingo de septiembre de cada año, y los que se crearon en Cochabamba, Sucre y Potosí, resulta que en Bolivia hay nueve días en los que está prohibida la circulación de vehículos que funcionan con gasolina.
Podría ser una buena noticia para el medioambiente, pero la verdad es que tal cantidad de días del peatón es el resultado de pugnas políticas, caprichos o simplemente poses de defensores de la Madre Tierra. La prueba de ello es que no hubo, ni hay, ninguna coordinación entre los gobiernos que promovieron la medida.
En Cochabamba, Sucre y Potosí no se ha tomado en cuenta que el flujo vehicular entre estas ciudades es muy alto. Desde que entraron en vigencia estos días del peatón regionalizados, son varios los casos de personas que viajan de una a otra ciudad y, cuando llegan a los retenes, se encuentran con la noticia de que no pueden ingresar a sus calles, porque está en vigencia uno de esos días. Y eso ocurre porque ninguno de los gobiernos municipales de Cochabamba, Sucre y Potosí se toma la molestia de comunicar anticipadamente que cierto domingo estará en vigencia el Día del Peatón.
Así, el pasado domingo, las personas que salieron de Sucre hacia Potosí no pudieron ingresar a esta última ciudad porque allí estaba vigente el primero de sus cuatro días del peatón. A la inversa, los potosinos no pudieron salir de su ciudad sino hasta las 18:00. Lo mismo ocurrirá el tercer domingo de abril, cuando sea el primer Día del Peatón en Sucre. Y algo muy parecido ocurrirá el último domingo de noviembre, cuando Tarija cumpla con su único Día del Peatón.
Como se ve, en este asunto faltó coordinación. Antes de fijar que tal o cual domingo sea Día del Peatón, los gobiernos municipales deberían ver hasta qué punto afectará la medida al transporte interdepartamental de pasajeros. En Sucre, donde se fijaron los cuatro días del peatón recién en 2021, debería considerarse que eso iba a causar desajustes en el transporte de pasajeros desde y hacia Potosí.
Pero es que los hechos están demostrando que fijar cuatro días del peatón fue más una consecuencia de decisiones políticas que de interés en defender el medioambiente. Cochabamba comenzó con el afán de retomar la vanguardia del Día del Peatón, que veía usurpada por el que fijaba el gobierno nacional, y le dio otros dos días más a su gente. El gesto fue imitado por uno de los peores concejos municipales que tuvo Potosí, el de 2016, por razones que hasta ahora no se terminan de comprender.
¿Realmente se justifica tener nueve días del peatón? Las mediciones han demostrado que la mitigación es efectiva solo cuando se evita el funcionamiento de la mayor parte del parque vehicular del país; es decir, aquí manda la cantidad. Eso solo se logra el primer domingo de septiembre, cuando se ejecuta el Día Nacional del Peatón.
Las paralizaciones de circulación de vehículos en Sucre, Potosí y Tarija no reducen significativamente los índices de contaminación debido a que su parque vehicular no es tan apabullante como el de La Paz y el de Santa Cruz, donde solo hay un Día del Peatón: el nacional.
En contrapartida, cuando se paraliza la circulación vehicular se afecta directamente al comercio –particularmente terciario– porque los mercados cierran, ya que es poca la gente que acude hasta ellos caminando.
Entonces, tal como están actualmente, los días del peatón afectan a la economía del país. Por ello, hay que pensar en una mejor coordinación.