“La mente elige lo que le conviene”, dice Samuel Ramos (filósofo mexicano) en su libro “Hacia un nuevo humanismo”.
Es lo que haremos a continuación, recopilar escritos de pensadores, y sus criterios. Empezamos con la “ignorancia” y una de las frases más conocidas, “La ignorancia es causa de todos los males que el hombre se hace y hace a los otros”, dicha por Simón Rodriguez, filósofo y educador venezolano, tutor de Simón Bolívar de quien conocemos su célebre dicho: “Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”.
“Un ciudadano ignorante se convierte en súbdito aborregado (...) Los políticos anteponen la bandera de la ignorancia por delante de sus ideas políticas, manteniéndose con mentiras, cobrando sueldos millonarios simulando gobernar desde lujosos despachos”, dicho por Alfonso Aramburu (escritor español).
De la ignorancia se han ocupado muchos, entre otros, Albert Einstein cuando dice: “Todos somos ignorantes...”, y el tema es objeto de continuo análisis y clasificación; nombrar dos de Sócrates: la ignorancia “consciente” y la “necia”; se ve entonces que en esto de la ignorancia hay mucho de Nicolás Maquiavelo.
También hablar del “conocimiento”, entendiendo como tal la acumulación de experiencia: el saber hacer, conocimiento pragmático experimental, y el científico: resultado del estudio.
En la otra orilla del análisis está la norma legal sobre sobre el racismo y la discriminación, para cuyo examen y desde nuestro principio: la mente selectiva, elegimos dos de sus figuras sujetas a punición: “la libre expresión” y el “conocimiento”; por la primera, toda persona puede expresar lo que quiera, y por lo segundo, decirlo con la connotación que prefiera, estando prohibido y exponerse a ser punible refiriéndose a cualquiera de ellos con acento crítico y matiz subjetivo.
Hace falta el enfoque sociológico, y recurrimos a dos obras monumentales: “La rebelión de las masas”, de José Ortega y Gasset, y “El hombre mediocre”, de José Ingenieros. Mediocridad se refiere a la ausencia de habilidades y al reducido intelecto. “El hombre mediocre que se aventura en la liza social tiene apetitos urgentes: el éxito, no sospecha que existe otra cosa...”. Estos razonamientos tienen conexión pertinente con Ortega y Gasset, que se refiere al hombre-masa y su incursión impetuosa en el escenario político, reservado hasta entonces para las élites.
El análisis sociográfico es concluyente: la malla del poder político ha cambiado; dirigentes de gremios marxistas, guevaristas y trotskistas, activistas de calle, prominentes ciudadanos de pueblos y aldeas, portavoces de barrios marginales, fuertes en ideología pero escasos de ciencia, son ahora figuras insignes de la nueva clase.
Y para completar el modelo que ayude a ensayar conclusiones, nos acercamos a la esencia de la “identidad”, a ese conjunto de valores y principios con los que se identifica una persona y su forma de pensar; esa autoconstrucción que realiza en su interacción con los otros.
En este contexto de conceptos seleccionados solamente queda vincular todo lo antes dicho sobre la ignorancia, mediocridad, nuevo tejido de la clase política y la identidad, para evaluar nuestra realidad en su trasfondo, analizando lo que sucede, las consecuencias visibles y las posibles, avanzar con la reflexión fáctica y axiológica de los valores sociales, sobre cómo se expresan las personas, interpretar la cualificación dominante por el pensar diferente, y el propósito de la evidente aculturación (le llaman “descolonizar”), intrínseco en los “modelos de cambio”. Y, naturalmente, provocar las conclusiones de usted, estimado lector.
* Es periodista.