La semana pasada leí una opinión en esta misma sección sobre el apoyo al desarrollo económico por parte de la Alcaldía de Sucre y la Gobernación de Chuquisaca. Ambas ayudan a emprendimientos iniciales y más consolidados. Son relevantes, pero en mi opinión deben ser complementadas con acciones para el desarrollo de sectores, empezando con el análisis de oportunidades y cuellos de botella de los más promisorios para la ciudad y el departamento.
El apoyo actual de las instituciones públicas proviene de un enfoque de sistema de emprendedurismo, apuntando a mejorar los servicios a las empresas, especialmente las ‘startups’ que aún no tienen la capacidad suficiente para conectarse con las instituciones de asesoría, capacitación, financiamiento, mercado, etc. La orientación hacia jóvenes con interés, ideas o experiencias empresariales es lógica, aunque no se debe desconocer que la necesidad para acceder a esos servicios también existe entre empresas más consolidadas, más aún si quieren competir en un mundo de constante innovación.
Es un enfoque importante. Sin embargo, fuera de una posible desatención al empresariado mediano y grande, que tiene el mayor peso en la economía formal local, encuentro riesgos en la dispersión de las acciones y beneficiarios, la pérdida de entusiasmo en emprendimientos con poco futuro previsible y en la medición de resultados e impacto para el desarrollo económico.
Alternativamente, existe el enfoque de cadenas, donde el apoyo se orienta a todo un sector, con las diferentes empresas e instituciones involucradas en las diferentes fases desde la producción primaria hasta la venta al consumidor. Este enfoque estaba más en boga hace unas décadas, con sus consejos y comités conformados por los diferentes actores. Lo interesante del enfoque es el análisis conjunto de oportunidades y problemas, de debilidades en la cadena, de las relaciones entre actores y de la ausencia o disfuncionamiento de actividades y entidades para lograr una cadena de valor que apunta a llegar a mercados de mayor valor, logrando mejores ingresos para todos y para la economía en general. Posibles flaquezas de este enfoque son la menor atención a los problemas a nivel de cada empresa y a la promoción del ingreso de nuevos emprendedores a la cadena. Y una debilidad de la implementación del enfoque era su dependencia del sector público, resultando en la desaparición de los consejos con los cambios de gobierno.
Observando una clara complementariedad entre ambos enfoques, abogo por una revaloración del enfoque de cadenas en los programas actualmente impulsados por el sector público. Creo que para el área de turismo, bajo la bandera de Sucre Mi Locura, se está logrando una parcial integración, aunque con muchos vacíos en cuanto a participación de y cooperación entre actores, por lo que muchas acciones siguen aisladas e incompletas; ello pese a los análisis y planificaciones sectoriales realizados en el pasado. Para otros sectores con prometedor futuro, como horticultura para el mercado local, agricultura para la exportación, productos culturales, tecnología de informática, energía renovable, etc., habría que retomar los esfuerzos de cooperación entre los actores y eslabones.