Muchas noches de reflexión e insomnio motivados por la pesadilla de los delitos del abuso sexual a menores y jóvenes, perpetrados por miembros del clero, especialmente jesuitas; y la complicidad de sus superiores que los encubrieron, me inducen a decir mi palabra, con el ánimo de prevenir que el mal cometido por algunos enlode la obra de bien desarrollada por nuestra Iglesia católica y de la misma Compañía de Jesús, que ha ofrendado vidas y vocaciones religiosas por la justicia social y la vida cristiana en sociedad. Además, ahí están dando testimonio de esa vocación cristiana, por ejemplo, las escuelas en barrios marginales, como son las de Fe y Alegría.
Como maestra, personalmente, agradezco a la Compañía de Jesús por haberme nutrido con la savia del conocimiento, la fe y la comunidad cristiana en el ejercicio y desarrollo de mi vida docente. Como ciudadana boliviana y persona de bien, condeno los actos oprobiosos que han lacerado las vidas de niños y jóvenes, así como demando pronta investigación, esclarecimiento, juicio y sanción ejemplarizadores. Ello, sin embargo, no debe llevarnos a condenar a una institución tan enraizada en nuestra comunidad y que ha aportado tantas acciones de bien.
“LA VIDA SOLO. TIENE SENTIDO POR EL SERVICIO
QUE SE PRESTA A LOS SEMEJANTES
DE QUÉ VALE VIVIR SI NO SE VIVE PARA SERVIR”
PADRE JESUITA LUIS ESPINAL CAMPS.
Betty Romero Civera
Exprofesora del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús