La falacia del racismo en la lucha contra la corrupción en Bolivia

Miguel Ángel Amonzabel Gonzales 25/06/2023
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Desde su independencia, Bolivia ha enfrentado problemas persistentes de racismo y corrupción que han dejado una marca indeleble en su historia. El racismo se originó en la lucha por la propiedad de la tierra y la apropiación indebida de las mismas, así como en la práctica del “pongueaje”, que implicaba el trabajo gratuito de campesinos e indígenas en beneficio de los criollos (blancos) y mestizos.

Durante el período de 1910 a 1970 surgieron autores tanto reivindicadores como racistas, destacando Franz Tamayo quien, en su libro “Creación de la Pedagogía Nacional” (1911), sostenía que los blancos debían aprender de los indígenas una ética superior y práctica.

Por otro lado, Fausto Reinaga en su libro “La Revolución India” (1970) basó parte de sus ideas en Tamayo. Afirmaba que el “hombre blanco” llevaba en su substancia esencial la mentira, el robo, la explotación y el fratricidio.

Durante el último cuarto de siglo, se ha observado un resurgimiento del discurso racial en Bolivia, en el que muchos movimientos sociales, incluyendo al expresidente Evo Morales y miembros del partido MAS, han utilizado la identidad racial como una herramienta política para obtener el apoyo de los sectores marginados de la población. Sin embargo, esta estrategia no solo ha llevado a la estigmatización de los blancos y mestizos como individuos corruptos, sino que también ha idealizado a los indígenas y campesinos como entidades altamente morales y honradas.

A pesar de que se ha afirmado que la corrupción solo se da entre los blancos y mestizos y que los indígenas y campesinos no son corruptos, hay evidencia que demuestra lo contrario. El caso del Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc) es un ejemplo claro de ello, ya que representa un daño económico al Estado de más de Bs 102 millones. Además, en los últimos años, se han revelado varios casos de corrupción en Bolivia que han generado gran preocupación en la sociedad. Entre ellos, se encuentra el caso del ministro de Desarrollo Rural Edwin Characayo, quien fue encontrado infraganti por la Policía recibiendo una coima de $us 20.000 en pleno centro paceño, y el caso del exministro de Medio Ambiente y Agua Juan Santos Cruz, quien ha sido acusado de haber recibido varias coimas por un valor aproximado de Bs 19 millones. 

Sin embargo, los últimos casos de corrupción del Gobierno están siendo explotados en la lucha interna dentro del MAS, lo que ha dado lugar a la reactivación del discurso racial en el que se acusa a los ministros del presidente Luis Arce, quienes son considerados “q’aras” (blancos o mestizos) de ser corruptos. El dirigente masista Antonio Quispe ha afirmado que la corrupción fue traída a estas tierras por los españoles.

Es evidente que la relación de corrupción con la raza carece de evidencia concluyente. Es importante recordar que la moralidad y la honradez no están determinadas por la raza o la etnia, y es necesario alejarse de los estereotipos raciales y trabajar juntos para construir una sociedad más justa y equitativa.

* Es analista socioeconómico.

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