Inflación

Gastón Solares Ávila 21/07/2023
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Inflación es un proceso económico provocado por un desequilibrio entre la producción y la demanda, lo que tiene como consecuencia la elevación continua de los precios en bienes y servicios, con la inevitable pérdida del valor adquisitivo del dinero.

En términos menos técnicos, se la conoce también como un proceso en el que los precios de los bienes y servicios suben en ascensor y los salarios en escalera.

Por supuesto que en economía, como en política, todo es discutible de acuerdo a la formación y al criterio de quienes comentan sobre una determinada situación y, obviamente, a la tendencia de los “opinadores”, como los llama el Presidente. En la otra cara de la moneda están los funcionarios de gobierno que dicen que todo está bien, que Bolivia es un ejemplo porque tiene la inflación más baja entre muchísimos países en los que, con excepciones como la Argentina, no hay problema en la oferta de dólares y otras divisas.

En un programa televisivo de hace aproximadamente una semana, en el que la entrevistadora parecía funcionaria de Estado, bien asesorada vía celular, defendía su posición con verdadera vehemencia, frente a la crítica del entrevistado, conocido y exitoso empresario y político constante, pero de poca trascendencia en este último campo.  El tema principal era la inflación bajísima de Bolivia, como si fuera el único índice para calificar el estado de la economía.

En el interesante diálogo se habló también de todo, como de los precios del gas, la balanza comercial, las reservas internacionales, las empresas públicas deficitarias y otros temas de interés general.

El bajo índice, a mi juicio como economista, se debe a que Bolivia tiene efectivamente baja inflación porque la hemos COMPRADO durante los últimos años. Cuando exportábamos gas a precios extraordinarios como consecuencia de la demanda internacional, quedaba un excedente para subvencionar el precio de los combustibles, para otorgar bonos y para mantener la estabilidad del boliviano con relación al dólar. Como esta situación cambió y había la necesidad política de mantener las subvenciones y hacer frente a los gastos del incremento exagerado de funcionarios públicos, ya no había excedente de nuestras exportaciones y la balanza comercial negativa, obligó al Gobierno a echar mano de las reservas del Banco Central, de las AFPs y a controlar y hasta anular la oferta de dólares, lo que no ocurre en los países con mayor inflación que la nuestra, quizá con la excepción de la Argentina, poderoso país al que ni los políticos han logrado matar.

No sé si es adecuado comparar la economía con las enfermedades, pero como lo han mencionado en la entrevista que comento, nuestro cáncer de inflación comparado con el  del Brasil o  Chile  puede no ser grave, y de hecho es muchísimo menos importante que los de Venezuela o Argentina, cuya economía está en terapia intensiva, pero estamos comparando economías de diferente tamaño, que aunque sea similar porcentualmente con relación a sus respectivos PIB, todos tienen otras enfermedades que afectan menos que al nuestro en la generación de divisas, por ejemplo. Además, nada como los dichos populares que son los más ciertos: “mal de todos, consuelo de tontos”.

En fin, todos queremos que la economía de nuestro país mejore cada día y que al Gobierno le vaya bien para que nos vaya bien a todos, pero la base de la economía es la confianza y esa confianza debe estar basada en la verdad. Funcionarios de Gobierno y opinadores saben quién dice y quién no dice la verdad, pero no todos los ciudadanos, por lo que no tienen más remedio que creer a quien goza de su confianza y preferencia.

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