Si alguien supone que reuniones virtuales de los exmagistrados o sus asistencias furtivas a los que fueron sus despachos o alguna orden a sus exdependientes es signo de restablecimiento de regularidad en el funcionamiento del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional, se equivoca de cabo a rabo.
Los exmagistrados renuentes a cumplir con el mandato constitucional dan una miserable muestra de su condición humana y profesional. Rodeados todavía de algunos funcionarios que se aferran a sus cargos, deben ser alimentados por arengas que dan ánimo más a su ego y angurria que a su responsabilidad ciudadana de cumplir con la Constitución.
Las menguadas lisonjas que reciben coinciden con las impertinencias de parlamentarios que recurren con una notita a la Fiscalía General de la República pidiéndole que conforme una comisión de fiscales para que investigue qué. Las exautoridades siguen asistiendo a sus despachos con lo que estarían usurpando funciones, con ello se despojan de una facultad que es atributo irrenunciable del legislador: la fiscalización. Lo más grave es que piden al violador investigue la violación y a los otros violadores.
Como un gran logro finalmente su nota es derivada al Fiscal del Distrito de Chuquisaca que los atiende con premura aceptándola ante la alegría incontenible de los legisladores. Dos órganos de poder en manos de un fiscal de distrito cuya tarea terminará en nada.
Con ese aliento varios magistrados cobran energía y con una sonrisa entre socarrona y asustada más parecida a una mueca, retoman sus funciones ilegalmente, unos con reuniones virtuales, los menos ingresando a sus exdespachos como delincuentes por la puerta trasera y la mayoría en sus casas atentos a cómo soplen los vientos.
La democracia es golpeada sin piedad, la disputa interna del MAS es el elemento motivador del golpe, sus fracciones utilizan inescrupulosamente la precaria institucionalidad en función a las aspiraciones de Evo y Arce.
El Órgano Judicial y Tribunal Constitucional acéfalos contribuyen a que el sistema se caiga a pedazos no solo porque sus cúpulas no fueron reemplazadas como manda la Constitución, sino porque en todo el país cerca de 50 vocalías en diferentes materias han cumplido con su mandato. por lo tanto. han cesado también en sus funciones sin que se hayan designado a sus reemplazantes.
Miles de procesos serán detenidos en estas instancias y sus casos irresueltos provocarán daños irreparables en el mundo litigante, cuyas consecuencias deberán asumir quienes no hicieron en su momento lo que deberían haber hecho.
Mientras esto sucede en el sistema judicial los parlamentarios ya no son parte de las soluciones, sino de los problemas creados por ellos mismos, siguen la línea del golpe de Estado desactivando los mecanismos democráticos y recurriendo a medidas inconstitucionales e ilegales. La democracia no cuenta con órganos creíbles y consolidados que permitan el funcionamiento del Estado, sus residuos más bien lo impiden.
La prórroga o la acefalia judicial, como van las cosas, podrían ser indefinidas debido al clima belicoso preelectoral que impedirá acuerdos mínimos y resoluciones racionales.
Si el 2024 es altamente conflictivo, cómo será el año de las elecciones nacionales y de la conmemoración del 6 de agosto de 1825, en el que el único órgano de poder en pie será el Ejecutivo.
¿El festejo de los 200 años de creación de la República de Bolivia será efectuado por una dictadura?, ¿lo hará en medio de luchas callejeras de sectores más preocupados por el botín del Estado que por la patria?, ¿alguna personalidad o autoridad de otro gobierno se animará a participar de los festejos?
La crisis del Estado Plurinacional en sus coletazos finales nos arrastra a confrontaciones violentas, su ingeniería no está prefigurada para los consensos desde su origen, la institucionalidad democrática es innecesaria para la consolidación del régimen dictatorial.
Los movimientos sociales encapsulados en sus dogmas y su negación del pasado ignorando episodios heroicos de nuestra historia con argumentos triviales y contradictorios destruyen el sentido de lo nacional. Su aura de ser la reserva moral se acabó muy rápido por sus reiteradas pillerías acolchonadas por un sistema judicial en estado de putrefacción.
El Bicentenario de la República les importa muy poco, quisieran que esta fecha sea borrada de la memoria de los bolivianos, su preocupación está centrada en la reproducción del poder dictatorial, la democracia electoralizada es apenas un pretexto para mostrar un rostro más o menos civilizado.
Como el Parlamento ha perdido el norte y su existencia es meramente formal, desde la ciudadanía se debe reponer el respeto a la Constitución activando la democracia directa y representativa en una de sus formas permitidas: el cabildo, con el fin de que él sea la que eleve al Parlamento ternas de candidatos a los altos cargos del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional viabilizando una salida razonable.
La autoprórroga o la cesación de funciones es parte del golpe de Estado progresivo, se debe evitar llegar en estas condiciones al 2025 que por el contrario debe ser el año de la recuperación y consolidación de la democracia a plenitud.