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¿Modelo social y económico productivo?

Plataforma Una Nueva Oportunidad 12/02/2024
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La falta de vocabulario técnico a veces nos lleva a entender mal algunos conceptos importantes. Todos, académicos, comunicadores y opinadores aún se refieren al “modelo social económico y productivo” como “El Modelo”; ya sea por parafrasear a su inventor o por no contradecirlo continúan llamando modelo a algo que no es tal. Modelo en economía es una interpretación de la realidad a través de la relación entre muchas variables que en conjunto explican el funcionamiento del sistema económico. Claramente el llamado “modelo económico, social y productivo” no se acerca ni de lejos a esa definición. Solo para equilibrar este texto, “el modelo cruceño de desarrollo económico”, tampoco.

Entonces, ¿qué es el llamado “modelo económico, social y productivo”? Primeramente, no es un modelo sino una estrategia parcial porque solo abarca algunos sectores de la economía. Es decir, no modela la economía sino solo algunos sectores de los cuales afecta pocas variables de manera individual y no interrelacionada porque persigue objetivos fuera del ámbito económico. Lo que nos lleva al siguiente punto que tampoco es “económico, social ni productivo”, sino es “político”. En resumen, el mal llamado “modelo de desarrollo económico, social y productivo” es una Estrategia Política cuyo objetivo principal es garantizar la reproducción del poder.

Viendo el resultado desde la perspectiva de una Estrategia de reproducción del poder, esta fue muy exitosa por 15 años, habiendo logrado la reelección del presidente en dos elecciones consecutivas (2009 y 2014), más un intento de tercera reelección que fracasó por el fraude descubierto. Esto gracias a que en ese tiempo transformó el gobierno en un aparato servil al Instrumento político. Hoy es dificil distinguir el Estado del Partido, es más, a tal nivel llegó el éxito de esta estrategia que incluso eliminó por completo a la oposición, haciéndola servil también.

Por supuesto que esta estrategia fue financiada con dinero del Estado. Así el partido mantuvo el poder del gasto público y los beneficiados mantuvieron al partido en el poder, mismo que le fue devuelto incluso despues de un corto período de transición en el 2020.

Esta estrategia política funciona muy bien en un escenario con flujos de divisa positivos para el país. No es novedosa, ya fue aplicada antes en el país y en otros países como Venezuela, con un resultado positivo mientras el flujo de ingresos y sobre todo divisas es abundante. Pero ante un escenario de escasez de recursos es dificil de sostener, aunque no imposible: mientras se mantiene el control político de las políticas económicas siempre es posible compensar el menor ingreso de divisas con endeudamiento y emisión monetaria.

Debemos recordar que en 1982 teníamos una situación de partida similar a la actual: Empresas estatales poco eficientes que desangraban al TGN, gasto público exageradamente elevado, tipo de cambio fijo a $b. 44 y un mercado negro de divisas muy activo. Adicionalmente, entre los detonantes de la crisis económica de 1982 – 1985, se tenía una inmensa deuda externa adquirida entre 1972 y 1978 gracias a la astucia del gobierno de Banzer y una inflación en crecimiento alentada por la emisión inorgánica de moneda nacional, que fue usada como política habitual por los subsiguientes gobiernos para financiar el gasto público cuando ya no había cómo más endeudarse.

Muchos recuerdan la época de la primera presidencia de Banzer como uno de los momentos de mayor auge económico de Bolivia, gracias al flujo de dinero proveniente de los créditos y las exportaciones de estaño. Unos años más tarde la UDP recibió el país con una inflación que no pudo controlar, porque también siguió una estrategia política a la que subordinó lo económico. Recordemos que la UDP Intentó un cogobierno con la COB; algo similar vimos en el MAS con el Pacto de Unidad y luego con la CONALCAM. Del cogobierno entre gobernantes y gobernados no se puede esperar que surjan medidas económicas correctivas del gasto público, sino todo lo contrario y es así que en 2 años y tras una seguidilla de malas decisiones, la inflación ya en ascenso pasó a convertirse en una hiperinflación del 15.000%.

Ante el visible agotamiento de su estrategia de reproducción del poder, el gobierno está aplicando políticas similares a las utilizadas a finales de los años 70’s en un contexto de tipo de cambio fijo: endeudamiento y emisión monetaria para sostener los altos niveles de gasto público. Banzer entonces como Arce ahora, también prometió industrialización con sustitución de importaciones, argumento que sirvió para incrementar irracionalmente el endeudamiento público.

En contextos similares, políticas similares producen resultados similares. De continuar las políticas actuales con un endeudamiento agresivo de casi un 80% del PIB sin reducir el gasto público, en el mediano plazo solo podemos esperar: bajo crecimiento, alta inflación, mayor escasez de divisas y mercados negros, es decir crisis económica aguda. Si ese escenario se verifica, no será producto de la coyuntura, del contexto externo, ni culpa de la oposición política, ni otras causas externas, sino de las decisiones del gobierno actual que tiene la responsabilidad de administrar las finanzas públicas.

Estamos a tiempo de corregir el rumbo de la economía, pero esto requerirá de Luis Arce un cambio radical de la estrategia: muchas de las decisiones que hoy evitarían una crisis económica o harían que ésta sea menos profunda, van a contramano de la estrategia política que él mismo bautizó como “modelo económico social y productivo” que lo adoptó como creación propia. Y como ese golpe de timón es imposible dado el altísimo costo político y electoral para su partido y para su reelección, nos dirigimos a repetir la crisis de la UDP. Claro que sin la lucidez de la renuncia de Siles Zuazo porque Luis Arce Catacora repite la angurria de su antecesor.

 

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