Las brechas digitales se refieren a las disparidades en el acceso y la utilización de la tecnología de la información y la comunicación (TIC) entre diferentes grupos de personas o regiones, la expansión e impacto de estas tecnologías en las desigualdades sociales. Esta desigualdad se da entre aquellas personas que tienen acceso y saben usar las TICs y aquellas que no.
Siendo Bolivia un país con desigualdad económica y social, la brecha digital afecta a gran parte de la población boliviana, pese que en el año 2009 fue introducida a nuestra constitución política del estado en su Artículo 20 I. donde señala “Toda persona tiene derecho al acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones”. Pero a pesar de los avances en la reducción de la pobreza en los últimos años, Bolivia aún enfrenta altos niveles de desigualdad tecnológica, siendo uno de los países más desiguales de América Latina. Estas desigualdades se manifiestan en términos de acceso a servicios básicos como educación y salud, ingresos, oportunidades laborales y acceso a las telecomunicaciones. Especialmente en el área rural y las poblaciones indígenas donde el acceso a la tecnología es muy limitado. Las zonas urbanas suelen tener una mejor infraestructura de telecomunicaciones y acceso a Internet más rápido y confiable que las áreas rurales.
La brecha de penetración de internet en Bolivia es del 80%, de la cual la mayoría de la población tiene conectividad mediante sus dispositivos móviles a través de las tecnologías 2.5G, 3G y 4G, mientras que las conexiones por fibra óptica solamente representan el 6% del total (Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transporte - ATT, 2020a). Por ello la penetración (número de líneas por 100 habitantes) de banda ancha fija (4.44%) es tres veces menor a la de América Latina (13.01%). El mercado de conectividad digital en Bolivia se encuentra en la posición 18 de los 26 países de América Latina y el Caribe (ALC), según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2020a).
Aunque el acceso a Internet ha aumentado significativamente en los últimos años, aún existe una brecha digital importante en nuestro país. Uno de los puntos de inflexión de la brecha digital en Bolivia lo recibimos durante la pandemia COVID-19, ya que no solo el sistema educativo no estaba preparado para la educación virtual sino también que a las instituciones y empresas les costó adaptarse al teletrabajo, la pandemia nos demostró la gran brecha digital que existe entre las clases sociales, la población del área rural no contaba con las condiciones ni la capacitación tecnológica y el acceso a la tecnología en sus hogares. Bolivia no tenía todas las herramientas para disminuir la brecha digital, la pandemia ha exacerbado las desigualdades sociales en Bolivia. La respuesta a una pandemia continúa siendo un desafío importante para el país, nos falta un camino para seguir disminuyendo la brecha digital.
Uno de los aspectos que tenemos que entender es que la reducción de la brecha digital y apropiación social de las TIC va más allá del simple acceso a estas tecnologías y se refiere a la capacidad de las personas para utilizarlas de manera efectiva en diversas áreas de sus vidas, incluyendo actividades productivas, de ocio y relacionales.
Cuando las personas tienen acceso a las TIC y también cuentan con las habilidades necesarias para utilizarlas de manera significativa en su vida diaria, se produce la apropiación social. Esto implica que las personas integren las TIC en sus rutinas y actividades cotidianas con el objetivo de mejorar su desarrollo social, económico y cultural. El nivel de desarrollo de las habilidades digitales entre la población activa de Bolivia (3,2 en una escala del 1 al 8 del Índice de Desarrollo de la Banda Ancha - IDBA) es un 10% inferior al de América Latina (3,6) y un tercio inferior al de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos - OCDE (4,9%).
La apropiación social de las TIC es un proceso dinámico que implica no solo el acceso y la habilidad técnica, sino también la comprensión de cómo las TIC pueden beneficiar a las personas y a las comunidades en diferentes aspectos de sus vidas. Esto puede incluir el acceso a información relevante, la participación en redes sociales y comunitarias en línea, el desarrollo de habilidades digitales para la empleabilidad y el emprendimiento, entre otros aspectos.
Siendo que Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, intercultural, abordar las brechas digitales es crucial para garantizar una sociedad más inclusiva y equitativa en la era digital. Es necesario implementar un enfoque integral que aborde tanto la infraestructura de conectividad como el acceso a dispositivos tecnológicos, junto con programas de educación digital y contenido accesible, priorizando la inclusión de grupos vulnerables. A través de alianzas público-privadas, subsidios focalizados y la creación de redes comunitarias, estableciendo centros de acceso público y programas de capacitación para cerrar la brecha digital, asegurando que todos tengan la oportunidad de participar plenamente en la sociedad digital.
* Este artículo tendrá un mayor desarrollo, con gráficos y datos, en la revista ECOS de Correo del Sur y El Potosí (edición impresa) del domingo 10 de marzo de 2024.