Sucede en redes sociales, diarios, canales de televisión y radioemisoras de todo tipo; en debates públicos y no tanto; en círculos académicos y en charlas de café. Se utilizan los vocablos “socialismo” y “comunismo” de manera irresponsable y sin ningún fundamento. Veamos algunos ejemplos:
“El experto en fraude electoral se juntó con otro experto en crisis económica que financiados por los comunistas del Grupo de Puebla, se disfrazan de ‘veedores’ de las elecciones en México”.
“No hay carburantes, ni dólares, ni GLP, todo sube, esto se llama... socialismo”.
“Se viene el estallido de Libertad Se viene un estado pequeño Se viene la eliminación de la burocracia, las colas, las fotocopias de carnet. Se viene la eliminación de impuestos Se viene la eliminación del socialismo Se viene la libertad económica y social”.
“La única vía de salir del cáncer comunista para Bolivia es el triunfo de la libertad y la defensa de la propiedad privada. #Bolivia está sumida en pobreza, caos y dictadura comunista étnica indígena aimara (…)”.
“Los socialistas se caracterizan por aferrarse al poder a costa de lo que sea. Se vienen las represiones”.
“El ‘periodista’ @JohnArandia preocupadísimo por la aprobación de las Leyes Bases respecto a la privatización de empresas públicas y despido de trabajadores (socialistas todos). ¿Es periodismo lo que hace?".
Afirmaciones como las que anteceden abundan sobre todo en redes sociales, pero hay aún peores, como aquellas que aseguran que John Maynard Keynes ¡era comunista! O que la Doctrina Social de la Iglesia ¡es marxista!
Son aseveraciones que rayan en el ridículo. Cuando provienen de personas sin instrucción, no queda más que lamentarlas; al fin de cuentas, todos tienen derecho a opinar sobre lo que se les antoje y hablar sandeces; pero, cuando provienen de gente que uno supone instruida y con títulos académicos, la cosa es para preocuparse.
Acerquémonos al significado de los señalados vocablos, a través del “Diccionario de Política” dirigido por Norberto Bobbio, Nicola Mateucci y Gianfranco Pasquino: “En líneas generales, el socialismo se ha definido históricamente como programa político de las clases trabajadoras que se ha formado en el transcurso de la revolución industrial” (…) “La base común de las múltiples variantes de socialismo, puede establecerse en la transformación sustancial del planteamiento jurídico y económico fundado en la propiedad privada de los medios de producción y de intercambio, en el sentido de crear una organización social en la cual: a) el derecho de propiedad esté fuertemente limitado; b) los principales recursos económicos estén bajo el control de las clases trabajadoras: c) su gestión esté dirigida a promover la igualdad social (y no solamente jurídica o política), a través de la intervención de los poderes públicos”.
Karl Marx, autor de lo que se ha llamado “socialismo científico”, en oposición al “socialismo utópico”, sostuvo que el sistema capitalista caería por obra de la acción de la clase obrera que, una vez arrimada al poder, destruiría el Estado burgués e instauraría la dictadura del proletariado, un proceso de transición llamado socialismo, que derivaría en un nuevo orden, el comunismo, en el cual se extinguirían las clases sociales, la opresión del hombre por el hombre, el Estado y el Derecho.
El socialismo realmente existente en el mundo se acabó en 1989, con la caída del muro de Berlín, la desintegración de la ex URSS y del bloque de poder soviético. Del socialismo del pasado sólo quedan los malos recuerdos y la feroz represión que aún funciona en varios de los países que un día fueron socialistas y en otros en los que están sus epígonos. Quien crea que Rusia es socialista, debería saber que, el pasado 5 de abril, el Movimiento Socialista Ruso fue tachado de ’agente extranjero’ y proscrito y que, aunque la política anti izquierdista de Vladímir Putin es conocida, es la primera vez que las autoridades rusas prohíben la existencia de una organización socialista. Quien cree que China es socialista no tiene más que acceder a internet y verificar que la economía en China es de mercado, aunque terriblemente represiva en lo político.
Cosa muy diferente al socialismo es el capitalismo de estado, un sistema en el cual el Estado interviene en la economía por medio de empresas estatales que compiten con el sector privado y regula la economía, suprimiendo la libertad de mercado que caracteriza al liberalismo económico. La intervención estatal en economía fue llevada a la práctica luego de la crisis del sistema capitalista de 1929 y la gran depresión que se extendió hasta 1939, y fue ejecutada con la finalidad de salvar al sistema capitalista, no de tumbarlo o sustituirlo por otro diferente. En la aplicación de este modelo capitalista de estado fue fundamental el aporte de Keynes.
Ahora bien, cuando un país reconoce y protege la propiedad privada y el derecho a la sucesión hereditaria, como ocurre en Bolivia, dentro de él está vigente un sistema capitalista y no uno socialista y peor comunista. El artículo 56 de la Constitución determina: “I. Toda persona tiene derecho a la propiedad privada individual o colectiva, siempre que ésta cumpla una función social. II. Se garantiza la propiedad privada siempre que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo. III. Se garantiza el derecho a la sucesión hereditaria”, lo que no deja lugar a duda alguna sobre el sistema que rige en Bolivia.
Si la función social y el interés colectivo preocupan a alguien y le parece que por eso está vigente un sistema socialista, debe dejar de lado su preocupación e investigar un poco. La función social de la propiedad y la preeminencia del interés colectivo sobre el privado son parte de la evolución del Derecho Civil y están reconocidas en los códigos civiles de gran parte de los países del mundo capitalista, códigos que regulan precisamente el ejercicio de la propiedad privada.
Pero, a mayor abundamiento, la Constitución boliviana, en su artículo 306.I determina que el modelo económico boliviano es plural y el parágrafo II del mismo aclara que “La economía plural está constituida por las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa”. ¿De qué socialismo o comunismo puede hablarse con esta disposición, que reconoce la organización privada de la economía?
En cuanto a la Doctrina Social de la Iglesia, hay que afirmar enfáticamente que es todo menos marxista. Es más, surgió para oponerse al avance del marxismo en Europa a finales del siglo XIX, y estuvo acompañada de la creación de sindicatos y otras organizaciones cristianas. Quienes creen que esta doctrina es marxista son, simple y llanamente, ignorantes que no tienen la mínima idea de lo que dicen.
Por supuesto, masistas impostores como el actual presidente o el exvicepresidente, se llenan la boca perorando a los cuatro vientos que son comunistas, pero lo hacen solo para impresionar a los incautos y engañar a la población. Su práctica ha demostrado del lado de quién están y no es del lado de los pobres, los marginados, los oprimidos o los explotados, sino de aquellos que llevan a la práctica un capitalismo salvaje que depreda la naturaleza, esquilma a los indígenas y persigue, reprime y enjuicia a todos los que no son del MAS.
De modo que, cuidado con la utilización de ciertos vocablos.
* El autor pertenece a la plataforma Una Nueva Oportunidad, que fomenta el debate plural pero no comparte necesariamente sus puntos de vista.