La crisis económica y política que atraviesa Bolivia ha alcanzado un punto crítico, reflejando una profunda incertidumbre que no solo afecta la estabilidad del país, sino que también pone en tela de juicio el futuro del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido político dominante durante gran parte de la última dos décadas. En medio de este panorama turbulento, la pregunta sobre una posible reunificación dentro del MAS era imposible considerarla hace algunos meses dada la coyuntura beligerante de las dos facciones.
La vida humana, marcada por la búsqueda constante de seguridad y certidumbre, contrasta fuertemente con la realidad cotidiana. Este paralelismo resalta cómo tanto a nivel personal como nacional, las expectativas y las realidades pueden distar considerablemente. La incertidumbre política, como apunta el economista Daron Acemoglu, tiene un impacto devastador en la economía, desalentando las inversiones y ralentizando el crecimiento. Esta dinámica se refuerza con la observación de Friedrich Hayek de que la economía, en última instancia, moldea el curso de la política, subrayando la interdependencia entre estos dos ámbitos fundamentales.
En respuesta a esta incertidumbre, ciudadanos, empresas y el Estado buscan generar y gestionar información para mitigar riesgos. En el caso del Estado, la situación es más compleja; requiere la existencia de una institucionalidad sólida, es decir, la creación de personalidades jurídicas fuertes que no puedan ser manipuladas por individuos con intereses circunstanciales.
El desempeño económico reciente ha sido decepcionante. Según CID Gallup, solo el 18% aprueba la gestión del presidente Luis Arce, lo que cuestiona su capacidad para buscar la reelección. Esta baja aprobación refleja la percepción generalizada de que su gobierno no ha logrado mejorar la economía como se esperaba, suscitando dudas sobre su futuro político y el respaldo real para una posible candidatura en 2025. Las interrogantes políticas que surgen son: ¿Podrá completar efectivamente su actual mandato y ganar las elecciones de 2025? ¿Cuánto respaldo tiene en realidad para una candidatura futura?
A pesar de haber ganado las elecciones de 2020 con un 55% de apoyo, el presidente Arce ha visto disminuir su respaldo debido a diversos factores económicos. Entre estos se incluyen la reducción en la inversión pública por la caída de los ingresos por gas, el aumento del dólar derivado del déficit fiscal, un desequilibrio negativo en la balanza comercial y la disminución de las reservas internacionales. En el ámbito político, la división dentro del MAS ha debilitado su capacidad parlamentaria y su influencia entre los sindicatos y movimientos sociales.
La reducción del gasto público en regiones fuera de la capital, debido a la caída de ingresos por gas, ¿ha afectado significativamente la popularidad del presidente y del MAS? Además, se observa que la inversión pública en empresas estatales no está generando los efectos positivos esperados, exacerbando la situación económica general y aumentando la percepción negativa a la gestión.
El encarecimiento del dólar ha incrementado los costos de los productos importados, impactando a todas las clases sociales, desde los sectores de recursos altos y medios hasta los más pobres. Esto se refleja en la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, afectando tanto a vendedores informales como a negocios pequeños, medianos y grandes. Esta situación económica podría llevar a un cambio en la orientación política de la población, fomentando corrientes más extremas y aumentando la polarización y la conflictividad en el país.
En lo político, la inestabilidad política se intensifica por la dificultad del partido gobernante para aprobar leyes, enfrentando bloqueos tanto de la oposición como de facciones internas alineadas con el ex presidente Evo Morales. Este panorama plantea la pregunta crucial sobre la posibilidad de una reunificación dentro del MAS en los próximos meses.
Los recientes disturbios sociales, como las amenazas de bloqueo nacional y fronterizo, un golpe o autogolpe han elevado las tensiones políticas, afectando la estabilidad económica con fluctuaciones en el tipo de cambio y corridas bancarias. Estos eventos han dañado la imagen de la institucionalidad del país a nivel internacional, desalentando la inversión extranjera y el respaldo de organismos multilaterales.
En este contexto, es probable que el clima político y económico adverso continúe afectando negativamente la gestión del presidente Arce, planteando dudas sobre la viabilidad de su mandato. La pregunta clave ya no es solo si será candidato en 2025, sino si podrá completar su actual mandato de manera efectiva.
Ante la posibilidad de un deterioro mayor de la gestión gubernamental y que tenga como consecuencia arrastrar a todo el partido del MAS y a su candidato el ex presidente Evo Morales lo más probable e inminente es que exista, una reunificación entre las facciones del presidente Arce y la corriente de Evo Morales podría surgir como una estrategia para consolidar el poder interno del MAS.
Sin embargo, esta reunificación hipotética no se fundamentaría en un compromiso genuino para precautelar los intereses nacionales y el bienestar ciudadano, sino más bien en los intereses estratégicos de un grupo que busca mantener su influencia. A pesar de esto, en el corto plazo, tal medida podría ofrecer a Bolivia la ventaja de reducir la incertidumbre que afecta los riesgos económicos, sociales y políticos.
El autor es investigador y analista socioeconómico.