Venezuela: Un fraude cara conocida

PAREMIOLOCOGI@ Arturo Yáñez Cortes 05/08/2024
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Pese a la masacre que el sanguinario tirano Maduro y secuaces están perpetrando en Venezuela, la impostura de sus amigotes (lamentablemente entre ellos el Gobierno boliviano y, en algunos casos, la de la comunidad internacional) les ha sido imposible ocultar el tremendo fraude perpetrado en las elecciones recientes del domingo anterior.

A la vista de los hechos y sus circunstancias (obtención de actas y su resguardo on line disponible globalmente) liderados por la heroína María Corina Machado, el escandaloso fraude desborda por todos los frentes y multiplica la ilegitimidad de esa asquerosa dictadura, haciéndola aún más inviable de lo que ya era.

Por estos lares “plurinashonales”, la fórmula o modus operandi aplicada nos es muy pero muy conocida: para empezar, la tendencia de las encuestas –aunque las hay de todo tipo, según la cara del pecador y el bolsillo– adelantaban ya una importante derrota del tirano (60 a 70 % aprox., en contra) y hasta el sentido común, pues sería una reverenda estupidez que el pueblo venezolano elija a quien les ha terminado de someter a la miseria, al mejor estilo cubano; realizadas las elecciones se apagan y, dice, hackean los sistemas electorales, haciendo inmediatamente aparecer al sátrapa como ganador, se despliega o, mejor, continúa la persecución judicial a los contrarios, masacre de por medio por la fuerza bruta policial y castrense y, no podía faltar, se acusa de golpe al soberano que no hace más que defender su voto. ¿Todo bien cara conocida, no? 

Un completo “dejá vu” del fraude de su socio cocalero del año 2019, con posterior “tocata y fuga” (que es lo que está faltando…). Así el estado de las deposiciones, resulta claro, más allá de toda duda razonable, que estos regímenes que compraron la franquicia del Socialismo del S. XX en aquellos casos en los que producto de la depredación que perpetran contra sus pobres estados y “su pueblo”, el elector por fin sale de su letargo y les propina una paliza en las urnas; esa franquicia alcanza también al fraude para meterle nomás teniendo sometidos a unos impresentables “jueces” electorales que prostituyen su escasa dignidad y funciones, en favor de su amo. Luego viene la burda victimización, que el imperio, que la “derecha”, etc., e imposible –así viene escrita la receta– la infaltable acusación de golpe de Estado, etc.

Como boliviano, siento mucha vergüenza de la política –si así puede llamarse– exterior del Gobierno que lamentablemente nos representa. Ha sido si no el primero, uno de los primeros en reconocer inmediatamente a ese régimen bastardo, quedando en manifiesto off side (sin necesidad de VAR) hasta respecto del resto de sus amigos como el socialista Boric, de Chile, hasta el sindicalista ahora presidente Lula o el inefable Petro. Prueba que además de la ciencia de la diplomacia, que por si acaso lo es, es sencillamente pasada por el forro para no escribir otra palabreja e incluso, hasta el sentido común, pues un método usado por los verdaderos diplomáticos además del análisis de la realidad –para eso hay un embajador allá– radica en las consultas que a nivel de cancillerías y personal especializado (¿los tenemos?) se hacen previamente, antes de emitir posturas en temas tan pero tan delicados. No, para el inepto gobierno tan solo vale el formar parte de la pandilla de las tiranías, junto con los amigotes de otras como la cubana, rusa, china o los orates de los Nicas. 

Me encantó, y lo puse en mis RRSS, un comunicado que algún ciudadano circuló que textualmente señala, con el escudo boliviano: “Comunicado Oficial. Ante el comunicado del presidente Luis Arce Catacora apoyando a Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela. Los bolivianos rechazamos la victoria de Nicolás Maduro y su fraude electoral. Apoyamos a nuestros hermanos venezolanos que están luchando por la democracia”, reza ese delicioso ejercicio de libertad de pensamiento y opinión de algún ciudadano anónimo que, así el estado del arte, nos representa y muuucho mejor que el Sr. Presidente que o vive en una burbuja o algo peor. 

Otro tirano también sanguinario como Stalin solía decir: “No importa cómo se vota ni quién vota, ni dónde ni a quién. Lo importante es quien cuenta los votos”. El tirano caribeño pasó de Maduro a podrido y, aunque continúe con la masacre, el sujeto y su régimen son completamente inviables día que pasa. Qué vergonzoso que nuestro representante y gobierno le apoye en nuestro nombre. Mires dice: “A diferencia de dictaduras militares del pasado reciente, las autocracias modernas se sirven de las elecciones para asaltar el poder”. 

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