Una sórdida estrategia: Radicales dispuestos a todo

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 18/09/2024
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Mientras el ala radical del Movimiento Al Socialismo (MAS) parece dispuesta a incendiar el país con su marcha, este martes se cumplió el segundo día de bloqueos de campesinos, de la misma tendencia, en seis diferentes lugares del departamento de La Paz, según reportó la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).

Para nadie es un secreto que el conflicto interno del MAS ha ido minando las estructuras de ese partido y, además, ha dado paso a una lucha sin cuartel entre sus dos líderes: Evo Morales y Luis Arce. Pero, aunque ambos, con todo derecho y legitimidad, quiere derrotar políticamente al otro, uno de ellos busca hacerlo a costa del desgaste de la actual administración. Por sus más recientes declaraciones, Morales impulsa la salida de Arce antes de que cumpla su periodo constitucional.

Un día después de que el ministro de Justicia, Iván Lima, advirtiera que Morales promueve la asunción al poder del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, tras una salida anticipada tanto de Arce como del vicepresidente David Choquehuanca, el propio Evo dijo esto, que puede ser interpretado como una confesión de sus intenciones: “Si el primer y segundo hombre abandonan al pueblo, está el tercer hombre del Estado, el hermano Andrónico Rodríguez, con nosotros”.

Con este tipo de afirmaciones se va confirmando la necesidad cada vez más patológica del expresidente de retornar al ejercicio pleno y directo del poder, sin importarle siquiera que haya derramamiento de sangre. Este martes se produjo un enfrentamiento entre seguidores de las dos líneas del oficialismo en Vila Vila, Cochabamba, en tanto que los ‘evistas’ ratificaron que continuarán marchando rumbo a la sede del Gobierno.

Lima habló de un “plan maquiavélico” que consistiría en promover a Andrónico Rodríguez como presidente interino y, de esta manera, luego conseguir una habilitación, a todas luces anticonstitucional, de Morales para que pueda ser candidato en las elecciones generales de próximo año. Cabe recordar que una resolución del Tribunal Constitucional y otra de la Corte-IDH echaron por tierra las pretensiones del exmandatario de ir a una nueva reelección, tras declarar que esto último no es un derecho humano, tal como aseguraba Morales.

En este momento, Arce controla los órganos del Estado, mientras que Morales tiene que resolver su mayor problema: habilitar, nuevamente, su postulación a la primera magistratura. Para eso buscaría instrumentalizar a su delfín, Andrónico Rodríguez.

Ahora, lleva adelante una marcha con consecuencias impredecibles. Y todo indica que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias.

La respuesta inicial del Gobierno es la de frenar esa marcha. Sus acólitos han salido a confrontarla cuerpo a cuerpo en la carretera, y ya se han empezado contabilizar heridos. Según el ministro Eduardo Del Castillo, Morales es, ya, un “golpista confeso” —precisamente por lo antes dicho: su objetivo de empujar desde las carreteras la caída de Arce y adelantar las elecciones previstas para el próximo año—.

La Iglesia católica, por su parte, ha convocado a “un diálogo franco y sincero” en aras de solucionar la compleja situación social que vive el país.

“Es ahora cuando hay que promover la unidad de todos los sectores sociales e instituciones, es ahora cuando hay que sentarse a dialogar ofreciendo soluciones viables que garanticen un futuro más prometedor”, reflexionó la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) a través de un comunicado emitido este martes.

Se trata de un pertinente llamado a la cordura. El ala radical del MAS está a tiempo de frenar lo que podría desencadenar una verdadera catástrofe. No se puede permitir que se repita la historia de luto por enfrentamientos entre bolivianos promovidos al calor de intereses personales y apetitos desmedidos de poder.

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