Feminicidios: Urgentes políticas de prevención

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 03/10/2024
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Este miércoles, los medios de comunicación bolivianos han vuelto a informar de un presunto caso de feminicidio en el país. La suma, en lo que va del año, es aterradora: más de 60 asesinatos de mujeres a manos de hombres.

El último de estos casos tiene características espeluznantes, pues a la mujer en cuestión, de aproximadamente 30 años de edad, la encontraron decapitada en Puerto Suárez, departamento de Santa Cruz.

Según la agencia estatal de noticias ABI, fue hallada en tales condiciones, entre unos matorrales, por la acción de los animales, después de que hubiera muerto hace 10 o 15 días.

Un caso más cercano a nuestras regiones del sur es el de una mujer de la comunidad de Siete Suyos, municipio de Atocha, en el departamento de Potosí. Ella también se cuenta entre las víctimas cuyas vidas resultaron segadas por la irracional decisión de sus parejas.

Las estadísticas en cuanto a feminicidios en el país son sobrecogedoras: una mujer asesinada cada 218.000 habitantes y una tasa de 0,9 cada 100.000 mujeres.

En 2022, la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) recogió un total de 94 mujeres asesinadas en Bolivia en todo el año, lo que daba una tasa de 1,5 mujeres por cada 100.000 habitantes y situaba al país en el noveno lugar, de entre las 32 naciones latinoamericanas, por encima incluso de Brasil, que tenía una tasa de 1,3 por cada 100.000 mujeres. 

La Paz lidera los promedios nacionales con 15 mujeres asesinadas en lo que va del año. De seguir la progresión constante, Bolivia acabará con una tasa cercana a las 6 mujeres asesinadas por cada 100.000, lo que la pondrá a la altura del país más peligroso del entorno, que es Honduras, con 6, y por encima de República Dominicana (2,9).

La lucha no puede dejar de continuar. Lo que sí debe dejar de ocurrir es que se normalice la información difundida por los medios de comunicación sobre casos de mujeres asesinadas por hombres, sin que esta situación lleve a promover acciones preventivas, sobre todo, desde el ámbito educativo, pensando en los futuros jóvenes y adultos.

Evidentemente, se trata de impulsar un cambio a largo plazo, lo cual no implica descuidar el presente. Resulta imperioso movilizar todos los recursos disponibles para encarar este grave problema en todos los foros posibles.

Ahora que se aproxima un nuevo Día de la Mujer Boliviana, seguramente llegarán los acostumbrados homenajes y saludos que, no obstante, de ningún modo deben tapar la terrible realidad de los feminicidios. Urge trabajar en la disminución, al menos, de la violencia machista en el país para recién entonces honrar como se debe a las mujeres de hoy y también a las que ya no están con nosotros por la inaceptable decisión de unos hombres.

El Gobierno y la sociedad entera deben unir esfuerzos para fomentar la creación de ambientes adecuados en los que la mujer pueda romper su silencio, denunciar y sentirse acompañada sin miedos, sin riesgos; tiene que ser un acompañamiento que llegue hasta el final, en un proceso con garantías, eficiente, sin corruptelas ni chicanas, sin amigos de los amigos.

Todos los responsables, los que tengan algo que ver, por mínimo que sea, con la protección de las víctimas, promoción de la lucha contra la violencia, atención integral a las demandas y demás, deben estar concienciando y movilizándose permanentemente, sin perder el tiempo. No basta con declarar una alerta algún mes del año y, después, no hacer más nada. Las mujeres siguen muriendo, o siendo víctimas de violencia física y psicológica, y no lo podemos permitir.

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