Dicen que no hay capacidad de unirse en Bolivia. Mentira, estamos más unidos que nunca porque todos buscamos el mismo objetivo: Matar a la patria.
No es necesario pensar mucho para darse cuenta de esta clara realidad. Las dos fracciones del partido más grande de Bolivia tienen dos líderes. El uno, acusado de pedofilia, estupro, de violar la Constitución, de fraude en las elecciones, vetado para una nueva gestión, etc. etc., ha iniciado un bloqueo de caminos a nivel nacional que ya lleva doce días. El perjuicio es general y el blanco de la mira es Bolivia.
El otro líder, el que es presidente, ha dejado las cosas así al Vicepresidente, al que todos conocen por su actividad en la Asamblea, por las alas izquierda y derecha del cóndor que requiere de ambas para volar, el que dice que los enemigos verdaderos son los karas, es el que se ha quedado con cosas rutinarias como la falta de dólares, de combustible, de la inflación y del desorden generalizado porque el Presidente viajó a Rusia a reunirse con el señor Putin en la Cumbre de los BRICS, donde Bolivia debe ingresar a tratar asuntos realmente importantes como la tecnología nuclear, la agenda climática, la educación y otros de impacto mundial.
En su discurso ya expresó su preocupación por la situación en Palestina, en la Franja de Gaza, en las guerras internacionales y en los peligros que asechan a la humanidad, mirándolo a la cara al presidente Putin. ¿Se olvidó de Ucrania? Expresó su preocupación por el bloqueo económico a Cuba, por la situación de Venezuela, por la actitud de Israel, etc. etc.
Mientras tanto, en Bolivia la pobre gente no puede viajar, a pesar de los pobres y sacrificados policías que, cumpliendo órdenes, tratan de desbloquear las carreteras y acaban jugando a pacos y pillos con los bloqueadores y todavía ganan los pillos y los pacos tienen que escapar.
La oposición no tiene capacidad de unirse y se teme que fracase una vez más por el mismo motivo, Muchos, con su silencio, disparan también contra la patria.
¿Y nosotros, los chuquisaqueños? No tenemos ni comité cívico. Por tanto, no tenemos voz cívica. Solo se escucha la de los políticos que aseguran estar haciendo maravillas.
En realidad, hay unidad: los unos, con su actitud; los otros, con su silencio; los demás, practicando la corrupción y todos juntos disparando contra Bolivia. Es la triste unión y la triste realidad.