La gestión de los residuos sólidos en Bolivia

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 14/11/2024
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Anivel continental se estima que se produce 1 kilo de basura por persona al día, una cantidad inmensa, difícil de gestionar por métodos tradicionales. En Bolivia, según informes del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, en 2016 se generaban aproximadamente 2 millones de toneladas de residuos sólidos cada año. Sudamérica tiene un problema y Bolivia no es la excepción.

La infraestructura para la gestión de residuos en Bolivia se caracteriza por la falta de modernización. Métodos obsoletos, obstáculos sindicales y colapso de los rellenos sanitarios son algunos de los problemas que giran en torno a esa tarea. Muchos municipios carecen de sistemas eficientes para la recolección, tratamiento y disposición final de la basura, lo que resulta en vertederos a cielo abierto y la quema de residuos, prácticas que tienen graves impactos al medioambiente y a la salud pública.

Por lo general, las apuestas por el cambio se hacen al reciclaje, en parte porque implica “inversión” para los municipios y eso significa nuevas oportunidades de negocio; sin embargo, siempre hay espacio para sensibilizar sobre la clave: reducir y reutilizar, pues el hiperconsumismo viene siendo el principal problema mundial de la sostenibilidad y, en consecuencia, de la basura.

Aunque el reciclaje podría reducir significativamente la cantidad de desechos que terminan en vertederos, en Bolivia este proceso no está suficientemente promovido ni aplicado a gran escala, sino que depende en buena medida de familias de escasos recursos que los manejan de forma artesanal. Las iniciativas de reciclaje son limitadas y a menudo dependen de esfuerzos individuales o de pequeñas ONG, sin un apoyo robusto del Gobierno y, por lo general, fracasan.

El manejo inadecuado de los residuos sólidos tiene varias consecuencias. En las ciudades, la acumulación de basura en espacios públicos no solo afecta la estética urbana, sino que también puede provocar problemas de salud, como la proliferación de vectores de enfermedades. Además, los residuos mal gestionados contribuyen a la contaminación del agua y del suelo, afectando tanto a los ecosistemas como a las comunidades humanas.

La educación y concienciación sobre la importancia del reciclaje y la correcta gestión de residuos son esenciales. Campañas educativas podrían ayudar a cambiar la actitud de la población hacia la reducción, reutilización y reciclaje de materiales. Sin embargo, para que estas iniciativas sean efectivas resulta crucial que vayan acompañadas de políticas públicas que faciliten y fomenten el reciclaje y la gestión sostenible de residuos. En Tarija, por ejemplo, se han empezado a hacer esfuerzos en ese sentido.

Por otro lado, el Gobierno debería invertir en una infraestructura adecuada para la gestión de residuos. Esto incluye la construcción de plantas de tratamiento, sistemas de recolección eficientes y la implementación de tecnologías modernas para el procesamiento de desechos. También se necesita una regulación más estricta y la supervisión del manejo de residuos industriales, que representan un componente significativo de la contaminación. Mientras Bolivia continúa enfrentando un grave problema con la gestión de residuos sólidos, existen vías claras para mejorar. Un sistema de reciclaje más vigoroso, junto con inversiones en infraestructura y una mayor educación pública, podrían transformar la manera en que se manejan los desechos, beneficiando al medioambiente y a la salud pública.

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