Las propuestas de los candidatos y lo que realmente podrían realizar…

PAREMIOLOCOGÍ@ Arturo Yáñez Cortes 02/12/2024
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Las elecciones judiciales se avecinan -salvo algún otro dislate que no habría que descartar- y, eso sí, en cumplimiento de la CPE y la Ley Electoral, el OEP nos está bombardeando con su propaganda permitida por aquella normativa, así sea en modo chuiter o telegrama.

Sin pretensiones de exhaustividad, la que se escucha por estos lares deja entrever algunas cuestiones que podrían estar adelantándonos si cabe, el futuro inmediato de la administración de justicia boliviana en lo que tocaría a esos aspirantes de ser elegidos (50%+1 de los votos) si es que sus promesas fueran cumplidas en alguna medida, pues como enseña Mario Cuomo: “Se hace campaña en poesía, se gobierna en prosa”.

Una de las cuestiones que llama mucho la atención, es que muchos colegas aspirantes a ser Magistrados están prometiéndonos una serie de temas interesantes pero que son más afines al Constituyente y/o legisladores, pues implican reformas constitucionales o legales. Si bien, el Órgano Judicial tiene iniciativa legislativa en esos temas; suena algo complicado efectivamente lograrlas a la vista del estado del arte de la ALP, más allá que sean interesantes y necesarias.   

Muchos para no decir todos prometen independencia judicial. Sin duda perciben acertadamente el tremendo déficit que existe al respecto. Empero, en el foro todos nos conocemos en alguna medida y me asombra profundamente que muchos aspirantes ampliamente conocidos como “carniceros de las garantías” (Herrera Añez dixit) o “juristas del horror” (Mueller, dixit) o “killers de los derechos” (este pechín), nos estén ahora jurando que -de pronto, por algún milagro- serán en el futuro independientes (ellos y sus colegas Magistrados), cuando en sus recientes funciones han hecho exactamente todo lo contrario. En muchos casos hasta extremos patéticos y sobre todo, indignos para un garante de derechos. Muchos forman parte del problema y no de la solución.

Todos prometen cuestiones vinculadas con la transparencia, tecnología y la erradicación de la retardación de justicia y corrupción. Otra vez, bravo por el diagnóstico y percepción, pero un Magistrado en un Tribunal (TSJ; TAP o TCP) podría como máximo asegurar y cumplir lo que le toque, siendo más complicado con el resto de sus colegas pues formarían parte de Tribunales Colegiados cuyo desempeño no solamente depende de ellos sino de otros. Que podrían dar ejemplo y exigir al resto, por supuesto. En el caso de los aspirantes al órgano de gobierno del judicial y de la disciplina, probablemente podrían hacer algo más, pero siempre dentro del marco individual que podría trascender hacia sus colegas y administrados.

Lamentablemente, más allá de que el sistema de elección popular de altos cargos es demostrablemente un completo fracaso y dislate (no estaríamos como estamos en parte importante, si fuera lo contario Ej: auto prorrogados metiéndole no más sine die), los plausibles cambios que los candidatos en sus espacios legales permitidos nos están prometiendo al soberano para logra apoyo, en gran parte constituyen ciertamente profundos cambios que superan las muy buenas intenciones -que servirían por supuesto- que nos están vendiendo, pero que requieren y superan sus reales posibilidades individuales. Obviamente que de ser elegidos y cumplirlas o por lo menos intentarlas de buena fe podrían servir en alguna medida incluso tal vez importante, pero hay que reconocer que el cambio que requiere nuestro sistema de administración de justicia es tan pero tan profundo que supera y con mucho los buenos esfuerzos que podrían realizar, pues estamos hablando de toda una cultura y especialmente sistema profundamente arraigado en Bolivia que obedece a múltiples factores macros que abarca reformas constitucionales, legales, actitudinales y otras de gran calado, que requiere no solamente del Judicial (supera sus de por sí débiles capacidades en esos ámbitos) sino del resto de los órganos ¿Les interesará, realmente? ¿Habrá voluntad política? pues para empezar, debieran resignarse a que el Judicial (idóneo + independiente) les limite efectivamente su ejercicio -frecuentemente desbocado- de poder. 

Requiere de una ciudadanía que sienta al Judicial como garante de sus derechos y no como un mecanismo para obtener beneficios, encubrimiento u otras cuestiones no muy sanctas y así sucesivamente -no me queda ya espacio- de un profundo cambio en todos los ámbitos que una elección así sea popular, me temo no resultará por mucho que ojalá tengamos magistrados electos (no los mejores perdedores como ocurrió con las 2 anteriores camadas). Con todo, siendo obligatorio, habrá que ir no más a votar, pero aconsejo no hacerse muchas expectativas y no olvidar con Todorov que: “Todo lo que se dice en una campaña electoral no tiene nada que ver con la verdad, sino con la búsqueda del poder”.

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