Bicentenario de la Batalla de Ayacucho

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 09/12/2024
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Perú celebra este lunes el bicentenario de la Batalla de Ayacucho, una efeméride que, según han consensuado los historiadores, no solo concierne a ese país sino a aquellos que fueron territorios españoles en el periodo colonial.

Geográficamente, la importancia continental de Ayacucho radica en la cantidad de países involucrados en aquella batalla, aunque esa también haya sido una característica de la de Junín, librada el 6 de agosto de 1824. Hubo dos ejércitos en contienda, el Libertador Unido del Sur, liderado por Antonio José de Sucre, y el español, que en esa ocasión estuvo encabezado nada menos que por el virrey del Perú, José de la Serna.

El Ejército Libertador Unido del Sur estaba integrado por soldados de dos países, Colombia y Perú, pero también, como apoyo y en menor cantidad, por combatientes de Chile y las Provincias Unidas del Río de la Plata, que luego se dividieron en Argentina, Paraguay y Uruguay. En 1824, Colombia era un enorme país que abarcaba lo que hoy son Panamá, Venezuela, Ecuador y la propia Colombia; hubo soldados provenientes de esos territorios.

En el caso de Perú, su jurisdicción se extendía a la actual Bolivia y, por eso, también hubo efectivos de la entonces Charcas o Alto Perú. Nunca se conocieron las listas de la tropa, pero entre los oficiales estuvo Pedro Blanco, que llegaría a la presidencia en 1828.

Esos datos dan una idea de la dimensión que tuvo aquella batalla, en la que Sucre terminó de destruir al ejército español, que ya había sido herido de muerte en Junín. Su impacto fue tal que el rey Fernando VII desistió de todos los proyectos que tenía de recuperar sus colonias por la fuerza de las armas. Es cierto que todavía quedaba resistencia; la de Pedro Antonio de Olañeta, en Potosí, y la de José Ramón Rodil en el Callao, pero estos fueron batidos más pronto que tarde. El primero, herido de muerte en Tumusla, en una batalla que también cumplirá su bicentenario el 1 de abril de 2025.

Ayacucho significó la libertad efectiva de las colonias españolas en Sudamérica. La chispa encendida el 25 de Mayo de 1809 en Chuquisaca no alcanzó a convertirse en fuego porque España pudo recuperar los territorios alzados, y luego los volvió a perder para ocuparlos nuevamente. Ese ejercicio de tomas y reconquistas se acabó en Ayacucho, hace 200 años, porque de inmediato siguieron sublevaciones de la tropa del propio Olañeta, entre enero y febrero de 1825. Se rebelaron Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Vallegrande mientras que Tarija fue ocupada por Eustaquio Méndez, que se proclamó gobernador.

Ese es el hecho histórico que se celebra este lunes en el departamento de Ayacucho y en todo Perú. Ayer hubo un desfile en el que una nutrida delegación del Ejército boliviano se robó los aplausos de los asistentes. Las tropas estuvieron encabezadas por el comandante en jefe, el general de brigada Edward Rodrigo Aguilar. Para este día, los ayacuchanos todavía esperan la llegada del presidente Luis Arce, con el antecedente de que para el centenario, en 1824, sí estuvo el mandatario boliviano de entonces, Bautista Saavedra, quien incluso dejó una plaqueta en la plaza principal de Ayacucho.

De acuerdo con los reportes del lugar, se trata de una fiesta grande que Perú está aprovechando para promocionar su imagen en el mundo con ferias culturales, gastronómicas y de libros, además de conversatorios de historia, infaltables en efemérides de este tipo. Un modelo a seguir en la celebración del bicentenario de Bolivia.

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