Comienza el Bicentenario

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 06/01/2025
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Este es el año del Bicentenario de la independencia de Bolivia, pero la conmemoración oficial, que se prolongará a lo largo de estos 12 meses, comienza este lunes con un acto protocolar a realizarse en Sucre que, además de ser la capital del Estado, es el lugar donde sesionó la primera asamblea de diputados del denominado alto Perú, a partir de julio de 1825.

Esa asamblea, denominada “deliberante”, en sesión del 6 de Agosto del año señalado, decidió que el territorio de Charcas, o alto Perú, se erigía en “un estado soberano e independiente de todas las naciones tanto del viejo como del nuevo mundo” lo que, en sentido estricto, fue una declaración de independencia, pero todavía no se estaba fundando un nuevo país. Eso ocurrió el 11 de agosto, cuando se determinó, mediante decreto, que “la denominación del nuevo Estado es, y será para lo sucesivo, República Bolívar”. En esa misma norma se determinó que “la ciudad capital de la República y su Departamento se denominarán en lo sucesivo Sucre”.

Las sesiones se realizaron en la que entonces era el aula magna de la Facultad de Derecho de la Universidad San Francisco Xavier. En virtud a ello, ese inmueble, y todo lo que fue la capilla de la manzana de los jesuitas, fue declarado después como Casa de la Libertad y en su frontis se desarrollarán los actos de hoy, bajo la batuta del Gobierno Autónomo Municipal de Sucre.

Las autoridades capitalinas se han esforzado porque la conmemoración sea nacional, pero, como no tuvieron el acompañamiento necesario de las instancias del Gobierno central, todavía tiene un carácter más bien regional. Eso significa que los actos protocolares programados para este año girarán en torno a Sucre, y la ciudad será protagonista, pero solo los más importantes contarán con la concurrencia de invitados del interior y exterior del país.

A eso hay que sumar la actitud de algunas regiones y hasta instancias académicas que tienen mucho que decir en una conmemoración como esta. Entre las primeras, se sabe que Potosí ha optado por tener una celebración del Bicentenario propia, al margen de la programación aprobada para Sucre, con el argumento de que Bolivia no hubiera nacido sin el aporte económico de esa región, registrado desde que se descubrió los yacimientos de plata del Cerro Rico. A ello hay que agregar la polémica revitalizada sobre la Batalla de Tumusla y su verdadero significado para la independencia. Y aquí es donde entran en juego las instancias académicas porque, desde La Paz, surgió la primera arremetida a fines de julio de 2023, cuando una obra en dos tomos propugnó que un documento vinculado al vencedor de Tumusla, Carlos Medinaceli Lizarazu, había sido falsificado y eso detonó las acusaciones de que ese episodio histórico no sucedió en la realidad.

Las instancias académicas estaban llamadas a organizar foros, seminarios, debates, conversatorios o cualquier otro tipo de encuentros de especialistas para tratar no solo el tema irresuelto de Tumusla sino, también, todos aquellos pendientes sobre la Guerra de la Independencia como, por ejemplo, su inicio real, actualmente ubicado con la revolución de Chuquisaca del 25 de Mayo de 1809, y cuáles fueron las causas de dicho inicio, así como debió haberse debatido sobre los hechos que posibilitaron los triunfos de las fuerzas independentistas. Lamentablemente, los eventos propiciados por universidades, asociaciones y sociedades fueron más bien generalistas y no ahondaron sobre detalles como los que mencionamos.

Y si hubo descuido en instancias académicas, peor será en las administrativas que se están limitando a ejecutar un programa de festejos, más con características de un festival cultural que una conmemoración de semejante magnitud.

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