Bolivia celebra este 6 de agosto de 2025 su Bicentenario, un hito que invita a reflexionar sobre los procesos históricos, sociales y políticos que han definido su evolución como nación. A lo largo de estos dos siglos, la historia constitucional del país ha sido un reflejo de las transformaciones profundas que han marcado su rumbo. Desde los primeros intentos de consolidación republicana hasta la configuración de un Estado Plurinacional, las reformas constitucionales han jugado un papel crucial en la reconfiguración del ejercicio del poder, la estructura estatal y la relación entre el Estado y los ciudadanos.
A continuación, se analizan los principales cambios constitucionales ocurridos en Bolivia desde 1825 hasta el presente, evaluando su impacto en la estructura del Estado y resaltando los momentos críticos que reflejan las aspiraciones y desafíos del país.
1. Las Primeras Constituciones (1825-1839): Consolidación Republicana
Tras la independencia en 1825, Bolivia enfrentó el desafío de establecer un Estado republicano. La Constitución de 1825, la primera en la historia del país, adoptó un modelo centralista inspirado en las repúblicas latinoamericanas recién independizadas. Este texto, redactado en un contexto de tensiones internas y amenazas externas, consolidó un Estado unitario con un papel destacado para las regiones. Aunque los derechos humanos no fueron una prioridad explícita, se reconocieron algunas libertades fundamentales como la igualdad ante la ley, aunque de manera limitada.
Las reformas constitucionales de 1831 y 1839 intentaron abordar los problemas internos, pero perpetuaron un clima de inestabilidad. La lucha entre caudillos regionales y facciones políticas evidenció la dificultad de alcanzar un consenso sobre el tipo de organización estatal y la protección efectiva de los derechos fundamentales.
2. El Centralismo en el Siglo XIX
Durante el siglo XIX, las constituciones de 1839, 1843 y 1861 profundizaron el centralismo como principio fundamental. La influencia de los liberales predominó en la configuración del Estado, otorgando un poder considerable al gobierno central en desmedro de los gobiernos regionales. En términos de derechos, se avanzó tímidamente en el reconocimiento de garantías individuales como la libertad de expresión y de culto, pero estas permanecieron sujetas a restricciones y dependientes de la estabilidad política del momento.
A pesar de los desafíos, Bolivia logró mantener su unidad territorial, pero la protección de los derechos fundamentales continuó siendo un tema secundario frente a las prioridades de consolidación del poder estatal.
3. La Revolución de 1952 y la Reforma Constitucional de 1961
La Revolución Nacional de 1952 transformó la estructura social y económica de Bolivia, marcando el inicio de una nueva etapa política. La Constitución de 1961, influida por este proceso, incorporó derechos laborales, reformas agrarias y la nacionalización de recursos naturales como principios fundamentales. Este texto también amplió la noción de derechos humanos al incluir garantías relacionadas con la justicia social, como el derecho al trabajo y a la educación.
Sin embargo, aunque el Estado adoptó un enfoque más social y democrático, la estabilidad política a largo plazo no se alcanzó debido a crisis recurrentes y golpes militares que afectaron el ejercicio pleno de estos derechos.
4. La Constitución de 1967: Consolidación y Ajustes al Modelo Democrático
En 1967, Bolivia promulgó una nueva constitución que buscaba consolidar un modelo democrático más estable tras los constantes cambios de gobierno. Este texto constitucional fortaleció las instituciones estatales y sentó las bases para una mayor modernización del país. En el ámbito de los derechos fundamentales, se consagraron con mayor claridad las libertades individuales, como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de prensa, al tiempo que se reafirmaron los derechos sociales introducidos en 1961.
Aunque no fue tan transformadora como la de 2009, la Constitución de 1967 marcó un avance importante en el reconocimiento de derechos humanos, adaptando el marco legal a las necesidades de una nación en constante cambio.
5. La Constitución de 1994: Descentralización y Reconocimiento de la Diversidad
En 1994, Bolivia realizó una de sus reformas más significativas al modificar la Constitución de 1961. Este cambio reconoció la diversidad étnica y cultural del país, promoviendo la descentralización y otorgando mayor autonomía a los gobiernos locales y departamentales. Asimismo, se avanzó en el reconocimiento de derechos colectivos, especialmente para las comunidades indígenas, lo que representó un hito en la protección de los derechos humanos en el país.
Aunque este paso representó un avance hacia la democratización, su implementación fue desigual, lo que generó tensiones persistentes entre el centralismo y las demandas de autonomía. Los derechos fundamentales empezaron a tener un enfoque más inclusivo, pero las brechas sociales evidenciaron los desafíos pendientes.
6. La Constitución de 2009: Hacia un Estado Plurinacional
La promulgación de la Constitución de 2009 marcó un punto de inflexión en la historia de Bolivia. Este texto estableció un Estado Plurinacional que reconoció formalmente la diversidad étnica, cultural y lingüística del país, además de incluir un modelo de autonomía indígena. En cuanto a derechos humanos, la Constitución de 2009 fue notable por incorporar un catálogo extenso de derechos fundamentales, incluyendo los derechos colectivos, ambientales y de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos.
La plurinacionalidad reconfiguró la visión tradicional del Estado, impulsando la inclusión de comunidades históricamente excluidas y promoviendo un enfoque estatal más participativo. No obstante, la implementación de esta constitución enfrentó desafíos significativos, particularmente en la redistribución del poder entre el gobierno central y las regiones.
7. Impacto de los Cambios Constitucionales en la Estructura del Estado
A lo largo de 200 años, las reformas constitucionales en Bolivia han tenido un impacto profundo en la estructura del Estado. La transición de un modelo unitario y centralizado hacia un Estado Plurinacional ha reflejado las demandas de sectores históricamente marginados. La Constitución de 2009 representó un hito en la democratización del país y en la ampliación de derechos fundamentales, pero también evidenció los desafíos inherentes a la implementación de un modelo inclusivo y equitativo.
El impacto de estas reformas es innegable: mayor inclusión social, reconocimiento de la diversidad cultural y avances en autonomía. No obstante, también han surgido retos relacionados con la gobernabilidad y la cohesión nacional. La plurinacionalidad, aunque positiva, plantea interrogantes sobre cómo conciliar las diferentes visiones del Estado.
Reflexión: ¿Es Momento de un Nuevo Momento Constituyente?
El concepto de "momento constituyente" se refiere a un periodo en el que una sociedad reconfigura su orden político, social o jurídico. En el contexto actual, Bolivia podría estar acercándose a un nuevo momento constituyente. Las tensiones sociales, políticas y culturales sugieren la necesidad de un diálogo nacional que permita revisar el marco constitucional vigente y adecuarlo a las nuevas realidades y aspiraciones de la sociedad boliviana.
A medida que Bolivia celebra su Bicentenario, la reflexión sobre su historia constitucional y su futuro se torna imprescindible. ¿Es el momento de cambios en la constitución? ¿Cuál será el camino a seguir? Estas preguntas abren la puerta a un debate necesario sobre el futuro del Estado boliviano y su capacidad para responder a los desafíos del siglo XXI.
Conclusión
En 200 años de historia constitucional, Bolivia ha atravesado transformaciones profundas que han moldeado su estructura estatal. Desde un modelo centralista hasta la configuración de un Estado Plurinacional, las reformas constitucionales han reflejado las demandas y luchas de los diversos sectores del país. Sin embargo, los desafíos de inclusión, autonomía y gobernabilidad persisten, dejando abierta la posibilidad de un nuevo momento constituyente que permita construir un futuro más equitativo, inclusivo y respetuoso de la diversidad. El Bicentenario es una oportunidad para mirar al pasado y proyectar un porvenir que honre la riqueza cultural y social de Bolivia.