Con menos de un mes en el cargo, Donald Trump, el presidente número 47 de EEUU, cumple su segundo mandato, después de su primera gestión (2017-2021) y, como ya se ha podido apreciar, viene dando que hablar por sus políticas. Su intensidad prácticamente tiene de cabeza a las agencias internacionales de noticias, que generan, diariamente, decenas de informaciones solo con las medidas y/o acciones del mandatario estadounidense.
Al terminar su primer periodo, se volvió a postular y perdió en las elecciones frente al demócrata Joe Biden, aunque nunca aceptó los resultados en su contra (incluso ayer mismo aludió a este controvertido tema) y hasta ordenó la por todos conocida toma del Capitolio. Esto le ha costado uno de los más de 15 juicios instaurados en su contra y que, desde su inobjetable triunfo electoral, se han puesto en suspenso hasta que termine este nuevo mandato.
Que el candidato republicano haya retornado a la presidencia tras haber ganado elecciones como lo hizo Trump es algo que está sirviendo para decenas de tesis. Antes de los últimos resultados electorales, el carismático político-empresario del jopo dorado, supuestamente, no gozaba de la popularidad deseada por él entre la ciudadanía estadounidense, debido a decisiones cuestionables de su primer gobierno como, por ejemplo, el haber puesto tras las rejas a miles de inmigrantes, sin considerar edades, lo que dio lugar a que EEUUse convirtiera en un país que encarcelaba niños, hasta antes de la presidencia de Biden.
Y es precisamente su política migratoria la que ha comenzado a caracterizar su presidencia, y ya lo había anticipado él mismo en sus primeros discursos cuando declaró una “emergencia nacional” en la frontera sur con México. Y empezó a devolver a sus países a ciudadanos mexicanos, brasileños, colombianos, peruanos y de otros países, todoss indocumentados.
Luego, encendió las alarmas del mundo con su nueva política arancelaria, principalmente, frente a China, que no se achicó y respondió en la misma medida.
Por otro lado está la cuestión de las guerras y su compromiso de frenar la que enfrenta a Rusia con Ucrania. Luego, la llamativa presencia, en el acto de posesión del 20 de enero, de los magnates tecnológicos, como se les reconoce a los CEO de las redes sociales X, Instagram y Facebook, además de las empresas Google y Amazon, con el apartado especial de la —por ahora, al menos— china TikTok. Incluso será interesante saber exactamente en qué redundarán las buenas relaciones de Trump con Javier Milei, para beneficio de la vecina Argentina, donde reside una gran cantidad de bolivianos.
Los ojos están puestos en Estados Unidos hoy, más que nunca, con la expectativa por lo que ya ha empezado a ocurrir a partir de la política internacional del nuevo mandatario, siempre en la senda de medidas altamente polémicas que, no obstante, han polarizado todavía más al planeta. Esto, al parecer, es lo que busca Donald Trump y, si es así, le está resultando y muy bien.