El inicio del año escolar en Bolivia, que empezó este 3 de febrero, debería ser un momento de esperanza y oportunidades para miles de niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, este año, los paros de transporte, huelgas, marchas y bloqueos amenazan la continuidad del año escolar y el derecho fundamental a la educación de estudiantes en el país.
La educación es un derecho humano básico y un pilar esencial para el progreso de cualquier sociedad. No solo es la llave para un futuro mejor, sino también una herramienta poderosa para romper ciclos de pobreza, desigualdad y exclusión. Cada día que una niña, niño o adolescente no asiste a la escuela es un día perdido en su formación y en su capacidad para desarrollarse como persona y contribuir al bienestar de su comunidad y su país.
La coyuntura actual toca de manera desproporcionada a las y los estudiantes y a la niñez más vulnerable, especialmente en áreas rurales y periurbanas, y en comunidades indígenas y afrodescendientes donde además ven afectada su educación por eventos como los incendios, inundaciones o sequías.
No podemos permitir que la educación sea víctimas de eventos ajenos a las aulas. El Bicentenario de Bolivia representa una oportunidad histórica para reafirmar nuestro compromiso con los derechos de la niñez y adolescencia.
UNICEF Bolivia hace un llamado urgente a todas las partes involucradas para priorizar el bienestar de la niñez y la adolescencia. La educación no puede esperar.
Es urgente implementar medidas inmediatas que mitiguen el impacto de las interrupciones actuales. Esto incluye facilitar transporte seguro para estudiantes y docentes, asegurar la continuidad del servicio educativo en las zonas afectadas y promover el diálogo para encontrar soluciones sostenibles. No podemos olvidar que los efectos negativos del cierre prolongado de escuelas por la pandemia de COVID-19 aún persisten y han generado muchos perjuicios.
El Bicentenario debe ser un llamado a la acción, un momento para soñar con un país donde las niñas y los niños tengan acceso a una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Desde UNICEF Bolivia, reiteramos nuestro compromiso de trabajar junto a todos los niveles del Estado, las comunidades y todos los actores relevantes para garantizar la educación, resaltando la importancia del cumplimiento del calendario escolar.
También, es urgente que la educación en Bolivia responda a los desafíos del siglo XXI, integrando tecnología, inteligencia artificial y metodologías innovadoras como el aprendizaje basado en proyectos y el enfoque STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas). Además, es esencial fomentar el deporte, las artes y habilidades blandas como el liderazgo y el pensamiento crítico, formando ciudadanas y ciudadanos integrales. Para lograrlo, se requieren inversiones en conectividad, capacitación docente y un sistema que prepare a niñas, niños y adolescentes para un mundo en constante cambio.
No hay tiempo que perder, la educación no puede esperar. ¡Es tiempo de actuar!
* Katya Marino es representante de UNICEF en Bolivia.