En defensa de nuestros recursos naturales y guardaparques

Gabriela Keseberg Dávalos 11/02/2025
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Los guardaparques de nuestro país, tanto los nacionales como los municipales, son los centinelas incansables de nuestra naturaleza. Trabajan con una dedicación inquebrantable para cuidar lo más preciado que tenemos: la biodiversidad única del territorio boliviano.

Estos héroes se enfrentan a una realidad cada vez más desalentadora. En lugar de recibir el apoyo y reconocimiento merecidos, se encuentran atrapados en una red de burocracia dentro de las instituciones que deberían respaldarlos, como el Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP). Problemas como juicios injustificados promovidos por intereses de minería ilegal, despidos arbitrarios, estrés constante y exclusión de decisiones importantes, además de la falta de recursos, son sólo algunos de los desafíos que enfrentan diariamente.

Es imperativo exigir una mayor transparencia en estas instituciones y un liderazgo basado en el mérito, libre de influencias externas. Los fondos destinados a la protección de nuestras áreas protegidas deben ser gestionados de manera eficiente y sin desvíos indebidos. Las serias acusaciones de corrupción y hasta de extorsión deben investigarse a fondo y ser tratadas con la seriedad que merecen, en nombre de la protección ambiental y la justicia. Las denuncias llueven de todos lados, ya sea por los mismos guardaparques, como también por comunidades indígenas afectadas, algunos políticos, sobre todo la incansable senadora Cecilia Requena, y grupos de defensa medio ambiental. Basta ir a Viacha para ver el tremendo daño en los ríos por minería ilegal, que ahora también se extiende en los Yungas. Si los urbanitas pensamos que eso no nos afecta o está muy lejos, estamos errados. Es increíble que esa contaminación no sea frenada ni atendida. Ni qué decir del mercurio en la región amazónica y el daño irreparable a la salud de la población local. Todo esto nos alerta sobre el extremo al que ha llegado la corrupción y el caos en estas instituciones.

Es crucial fortalecer el marco legal para los delitos ambientales y asegurar que quienes destruyen nuestros recursos naturales enfrenten las consecuencias legales. También la cooperación internacional, que financia proyectos ambientales, debe insistir en estándares rigurosos de rendición de cuentas.

Los guardaparques merecen un apoyo sólido y un reconocimiento adecuado. Son verdaderos héroes sin capa que arriesgan sus vidas diariamente por proteger nuestro patrimonio natural.

Finalmente, debemos educarnos y sensibilizarnos a nosotros mismos, lo ciudadanos, sobre la importancia de la conservación ambiental. Todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más sostenible y equitativo. La lucha por la protección de nuestros tesoros naturales es una responsabilidad compartida. No podemos permitir que la desidia y la corrupción continúen destruyendo nuestro patrimonio.

Invito a todos los que quieran dar su granito de arena a inscribirse para ser guardaparques voluntarios en su ciudad, a pasar la voz sobre este tema y a defender a estos guardianes.

 

 

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