Regresar una y otra vez al mundo de la fantasía

LA AVENTURA DE CRECER CONTIGO Pedro Rentería Guardo 30/03/2025
PUBLICITE AQUÍ

Queridos jovencitos interesados casi siempre en los temas de esta columna: tanto ayer, como hoy, como espero que también mañana, las gentes ilustradas y las menos versadas en leer libros, todas hablan y hablarán con elogios hacia el mundo de la fantasía.

Encuentro una definición de este mundo en una de las muchas inteligencias artificiales que ponen en jaque a más de un ingeniero, que ya empieza a considerar la posibilidad de inteligencia natural en ellas.

“El mundo de la fantasía es un espacio ilimitado donde la imaginación se libera de las restricciones del mundo real. Es un reino donde lo imposible se hace posible, lleno de criaturas míticas, paisajes mágicos y aventuras extraordinarias. Este universo suele reflejar deseos, temores y la creatividad del ser humano, permitiendo explorar temas profundos desde perspectivas únicas y simbólicas”.

Entonces, en ese mundo real del que escribe la IA, los días van pasando... los días andan despacito como los viejitos. Aunque para ustedes, los jóvenes, los días pasan así: “padrecito, sin darme cuenta”. Me gusta decir que es la vida la que va pasando, lenta pero implacable.   Los días y la vida traen proyectos, alegrías, cansancios, amarguras y sueños. La rutina se nos pega en el alma y quizá se nos olvida mirar la belleza del cielo estrellado, de los animalitos que nos acompañan, del inocente juego de los niños, de las humildes flores del parque. De todo eso con lo que Dios se nos manifiesta. 

La rutina también nos descubre el cielo contaminado, los perritos en situación de calle, los niños empeñados en trabajos peligrosos, las florecillas pisoteadas por el bruto de turno...

- ¿A dónde quiere llegar, padrecito, con todo esto que nos escribe? -siempre surge tu pregunta oportuna. 

Te respondo comentando que ojalá nunca nos saciemos solo del mundo real del que he plasmado unos simples rasgos.

Siguiendo la definición de arriba –ese reino donde lo imposible se hace posible– necesitamos con frecuencia regresar al mundo de la fantasía. Para recobrar ánimos, para depurar sueños, para redimir la salud mental. Los grandes escritores-autores de la fantasía son instrumentos del buen Dios que nos regala serenidad y equilibrio. 

No sé si de la mano de la reconocida autora sueca Astrid Lindgren, con su célebre personaje Pippi Calzaslargas. Astrid encontró un día un trozo de papel en donde alguien la escribió: “Gracias por hacer más alegre una infancia gris”.

No sé si de la mano de la paceña Yolanda Bedregal con su “Cántaro del angelito”: “La luna es un platillo lleno de leche; viene en la noche un gatito y se la bebe. El sol es plato más grande lleno de mieles; vienen los moscardones y lo oscurecen”.  No sé si de la mano del tarijeño Óscar Alfaro, el príncipe de la poesía para niños, con su “Circo de la Araña”: “-Pero ¿qué veo allí? ¡Hay moscas muertas sobre la red! -No, tonta. Son trapecistas que están descansando. -Y esas otras. ¿Por qué aletean tan desesperadamente? -Están probando la resistencia de la red, antes de atreverse a realizar las pruebas. Ven tú, que te haré debutar esta noche”.

Por fin, no sé si de la mano de ese Principito enamorado de su rosa... Y del zorrito que le enseña a domesticar, a “crear lazos”. Porque “lo esencial es invisible a los ojos” (Antoine de Saint-Exupéry) 

Y esto añade nuestra IA: “Es también un refugio para la mente, un lugar para soñar y escapar, donde cada detalle, por más pequeño, puede cobrar vida y transportar al espectador o lector a dimensiones inexploradas...”.

El mundo de la fantasía nos espera. Chavales –también nosotros adultos– los buenos libros nos esperan. Seamos puntuales a la cita.

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor