La cuestión de los aranceles

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 08/04/2025
PUBLICITE AQUÍ

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cumplido su anuncio de reajustar los aranceles que regían para los productos que ese país importa, lo que ha provocado un auténtico terremoto económico que puede percibirse en las principales bolsas del mundo.

El efecto inmediato ha sido el descenso de la cotización del dólar en la mayoría de los mercados, pero eso no se ha percibido en Bolivia donde, sin considerar lo que pase en Wall Street, la cotización de la moneda norteamericana que prevalece es la del mercado paralelo, en el que se mantiene muy por encima de lo fijado por el Banco Central de Bolivia (BCB).

¿En qué consiste la cuestión de los aranceles? Estos impuestos aduaneros, con el libre comercio internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial, fueron bajando progresivamente. Pero ahora con la Administración de Trump, se reajustan los porcentajes hacia arriba.

Washington anunció un arancel general del 10 por ciento para todos los productos que se importen a EEUU y aranceles específicos de diferentes porcentajes para unos 60 países, entre los que están las principales economías del planeta.

Según muchos analistas, esta decisión representa una amenaza para el comercio mundial; pero, desde otra perspectiva, fundamentalmente economicista, se constituye en la reafirmación del capitalismo en su forma más pura. Con esta estrategia, Trump busca eliminar distorsiones creadas por el libre comercio desbalanceado y devolver a EEUU su papel como epicentro de la competencia económica.

Desde la Guerra Fría, EEUU utilizó el comercio como un arma geopolítica para debilitar la influencia del socialismo. Mediante acuerdos comerciales y un acceso privilegiado a su mercado, Washington incentivó a países como China y Vietnam a abrir sus economías y adoptar principios de libre empresa. Sin embargo, con el paso del tiempo, este modelo se desvirtuó: mientras EEUU mantenía su apertura, sus socios comerciales establecían barreras proteccionistas.

Los aranceles de Trump buscan corregir esta distorsión. Bajo su visión, el capitalismo genuino se basa en la competencia justa, donde ninguna nación subsidia a otra ni permite que las desigualdades estructurales dicten el mercado. Los economistas adscritos a las corrientes liberales señalan que, al imponer tarifas mínimas del 10% a todas las importaciones y sanciones adicionales a quienes abusan del déficit comercial, el Gobierno estadounidense está impulsando un regreso a los principios fundamentales del libre mercado.

Desde luego, uno de los objetivos de estos cambios es nivelar las condiciones de competencia con los países asiáticos que aprovecharon la apertura y se han convertido en verdaderas potencias. Las economías dirigidas, como la de China, han crecido en gran parte gracias a políticas proteccionistas y subsidios masivos. Su modelo combina un control estatal sobre la industria con prácticas comerciales diseñadas para socavar la manufactura en otros países. Con los nuevos aranceles, EEUU desafía directamente este enfoque, obligando a China y a otros actores a competir en igualdad de condiciones.

Mientras eso ocurre en las “grandes ligas”, quienes pagarán los platos rotos serán los países que no desarrollaron sus mercados pero se favorecían con las libertades arancelarias. El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, ha advertido que “la elevación de aranceles en EEUU podría provocar una guerra comercial” en la que los principales perjudicados serán los más débiles.

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor