Cuando el poder empieza a temerle a su propio pueblo, es porque sabe que su tiempo se agota. Así lo demuestra la reacción nerviosa frente a las Primarias Digitales Ciudadanas, donde más de 300.000 bolivianos libres votaron y participaron, sin intermediarios ni operadores políticos, a su opción del opositor que mejor los representa. Esto no fue una encuesta maquillada ni una operación encubierta: fue el pueblo votando de frente, de manera limpia y abierta.
A los técnicos de escritorio y a los burócratas serviles les incomoda que la gente participe. Pero desde el punto de vista legal, las primarias digitales son irreprochables. No violamos ninguna ley electoral porque no nos regimos por ella: actuamos antes de cualquier convocatoria oficial, fuera de cualquier proceso formal. No hubo encuesta estadística, no hubo muestra inducida. Hubo voto ciudadano directo, en ejercicio de derechos que la Constitución consagra y que ningún vocal electoral puede pisotear.
Mucho se ha hablado de encuestas prohibidas y sanciones ejemplarizadoras. Falso. No instalamos mesas de sufragio, no usurpamos funciones públicas, no manipulamos padrones. Facilitamos una plataforma de expresión libre. Hasta el mismo vocal Tahuichi Quispe tuvo que reconocerlo: en este contexto, no hay ni habrá sanciones válidas. Lo sabe él, lo sabe el Tribunal Electoral, lo saben quienes temen que el pueblo despierte.
Todavía no existen candidatos inscritos oficialmente. No hay proceso electoral abierto. Por tanto, no hay restricciones aplicables. Quienes ahora buscan asustar con amenazas de cárcel o sanciones solo demuestran su desesperación: quieren paralizar la movilización popular antes que sea imparable. Pero están equivocados. La historia enseña que no se puede encarcelar el deseo de libertad de un pueblo decidido.
Incluso si quisieran tergiversar las leyes, la Sentencia Constitucional 015/2021 ya impide cualquier sanción que cercene derechos políticos fundamentales. No pueden cancelar candidaturas, no pueden eliminar partidos, no pueden callar al pueblo. Como mucho, podrán ladrar amenazas, pero la democracia se ejerce con hechos, no con intimidaciones. Y nosotros, desde El Búnker, estamos del lado de los hechos.
Las Primarias Digitales Ciudadanas son un acto legítimo de resistencia y construcción democrática. Son la voz del pueblo organizada, sin tutelaje de partidos ni imposiciones de cúpulas. Son la respuesta de una Bolivia que se niega a seguir arrodillada. Quienes hoy tiemblan ante esta manifestación ciudadana, entienden perfectamente lo que está en juego: se les está acabando el monopolio del poder.
Nuestro compromiso es claro y no va a cambiar: seguiremos impulsando la participación ciudadana, seguiremos construyendo unidad, y seguiremos defendiendo cada voto libre como una piedra en el muro de la democracia. Que lo entiendan de una vez: la libertad no se negocia, se conquista.
*Virginio Lema Trigo es Director Nacional “El Bunker”