Este domingo se cumple un “día del peatón” diferida en Sucre, una medida que, así sea indirectamente, afectará también a Potosí.
Después de 26 años, esta paralización momentánea de la circulación de vehículos, en unas ciudades sí y en otras no, necesita analizarse con frialdad,
Esta iniciativa comenzó en Cochabamba, en 1999, y fue copiada por el gobierno de Evo Morales, el 11 de julio de 2011, mediante la Ley 150.
El concepto era sencillo: si todo el país paraliza la circulación de automotores durante un día, los niveles de contaminación en esa jornada bajarán drásticamente. No se soluciona el problema, pero se atenúa.
La reacción de Cochabamba no se dejó esperar. Con el fin de volver a ponerse a la vanguardia, se decidió fijar ya no uno sino tres días del peatón y del ciclista: el primer domingo de abril, el primer domingo de septiembre, que coincide con el nacional, y el primer domingo de diciembre.
Parecía que la cosa iba a quedar ahí, pero Tarija pidió que se haga una excepción con su caso, puesto que el día nacional del peatón solía coincidir con la fiesta de San Roque, tan arraigada en ese municipio. Por ello, mediante dos leyes modificatorias, se liberó a esa ciudad de la obligación de paralizar la circulación vehicular el primer domingo de septiembre y se lo movió al último domingo de noviembre.
El mismo año que Tarija pedía una excepción, 2016, a los muy criticados concejales de Potosí no se les ocurrió mejor idea que aumentar los días del peatón, incluso más que Cochabamba. La Ley Municipal 110/2016 estableció la prohibición de circulación de vehículos para el primer domingo de marzo, el primero de junio y el primero de diciembre. Sumando el día nacional, que es el primer domingo de septiembre, son cuatro días al año.
Para completar el cuadro, la Alcaldía de Sucre decidió subirse al mismo tren y fijó días del peatón extra para el tercer domingo de abril, en conmemoración al Día Internacional de la Madre Tierra; el cuarto domingo de junio, por el Día Mundial del Medio Ambiente; el primer domingo de septiembre, por el día nacional, y el segundo domingo de noviembre, por el Día Mundial del Aire Puro.
El primer apunte es que, entre tantos días, el único en el que bajan notoriamente los niveles de contaminación es el nacional, del primer domingo de septiembre, porque se acata en todo el país. Los demás días del peatón ayudan, pero no influyen.
Y lo malo es que se ha creado todo un caos que comienza en marzo, el primer domingo de ese mes, cuando se suspende la circulación de vehículos en Potosí, por su primer día municipal del peatón. Luego viene el primero de Cochabamba, que es el primer domingo de abril; el primero de Sucre, en el tercer domingo de abril; el primer domingo de junio, en Potosí; el cuarto domingo de junio, en Sucre y de allí hay un paréntesis hasta el primer domingo de septiembre, que es el día nacional. Luego siguen el segundo domingo de noviembre, en Sucre; el último domingo de noviembre, en Tarija, y esta larga y confusa lista cierra el primer domingo de diciembre, en Potosí y Cochabamba.
Más allá del objetivo principal, que es mitigar la contaminación, se confunde a la gente que no sabe a qué atenerse cuando viaja. Si a eso le sumamos los bloqueos de caminos, ya convertidos en cotidianos, encontraremos un panorama caótico que perjudica directamente al turismo, que se supone es el futuro para ciudades como Potosí y Sucre.
Ha llegado el momento de evaluar la conveniencia de los días municipales del peatón y del ciclista y esa es tarea de los concejales.