La elección del nuevo Papa, León XIV, en un tiempo más breve del esperado, puso fin a la serie de especulaciones que suelen formar parte de estos cambios de liderazgo espiritual.
Debido a la influencia que tiene el papado entre los líderes internacionales y en el mundo en general, millones de personas están pendientes de lo que pase con esta dignidad. Por eso también surgen tantas y variadas versiones sobre la salud de los pontífices, sus fallecimientos y sus designaciones.
Robert Francis Prevost Martínez nació en Chicago, Illinois, Estados Unidos, pero es hijo de inmigrantes y pasó gran parte de su vida en Latinoamérica, concretamente en Perú. Es más, obtuvo la nacionalidad de ese país en 2015, por lo que los peruanos también celebran por estas horas la elección de su primer papa.
Después del paso de Francisco por la jefatura del Vaticano, ahora la pregunta que todos se hacen es si León XIV seguirá la línea marcada por el argentino Bergoglio o si, por el contrario, tendrá una gestión más conservadora. Por lo pronto, se sabe que el nuevo Papa fue muy cercano a su antecesor (Prevost lo asesoraba en los nombramientos clave), aunque su talante es más moderado y destaca por la discreción.
Algunos analistas y conocedores del mundo vaticano ven en León XIV una síntesis entre el pensamiento de los países más desarrollados y el de los que necesitan de la ayuda de todos, un “puente” —palabra que usó en su discurso inaugural— entre las alas conservadora y progresista, que tienen divididos a los católicos ahora mismo.
La llegada de Prevost al máximo cargo de la Iglesia, no sin sorpresa, acabó con la incertidumbre que se vino tejiendo desde la muerte de Bergoglio, y también dejó cierto alivio a los latinoamericanos desde el momento en que se dirigió a las personas de habla hispana antes de preferir hacerlo en inglés, el idioma de su país de origen.
Dos conceptos sobresalieron en su mensaje de presentación: su llamado a la paz y su invitación a una Iglesia abierta a todos. Dijo, entre otras cosas, que “una paz desarmante, humilde y perseverante viene de Dios. Dios que nos ama a todos e incondicionalmente”.
Y luego: pidió “construir puentes con el diálogo con el encuentro, llevándonos a todos a ser un solo pueblo siempre en paz”. Puentes y diálogo contra muros y guerras.
No estaba entre los ‘papables’ favoritos, pero sí aparecía en las quinielas. A diferencia de Francisco, León XIV sí usó algunos atuendos tradicionales en una ceremonia llena de simbolismo. En cambio, sigue el señalamiento marcado por su antecesor en cuanto al rechazo a las políticas migratorias del presidente Donald Trump.
Que el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina sirva como una señal de que la humanidad debe tomar conciencia de ciertos temas socialmente sensibles y, además, contribuir a mejorar las condiciones de millones de personas que en estos momentos se encuentran atrapadas en la barbarie de la guerra o en la miseria del hambre.
