Crisis económica, dólares y comercio electrónico

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 13/05/2025
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Como es lógico, la crisis económica boliviana tiene peculiaridades que responden a aquellos elementos que hacen que un país sea diferente del resto. Una de ellas son las decisiones que ha asumido la banca de manera unilateral.

La irrupción de internet ha introducido muchos y notorios cambios en el planeta y uno de estos es el comercio electrónico. Gracias a esa red, se pueden realizar transacciones instantáneas con proveedores ubicados en cualquier parte del mundo. Entre los pagos más frecuentes están los de las suscripciones a servicios en línea como las transmisiones en directo (“streaming”).

Un cambio notorio, que viene a ser una consecuencia directa de la crisis, es que ahora resulta más difícil pagarle al proveedor del servicio de streaming, por ejemplo, porque los bancos han modificado los límites del comercio electrónico que tenían las tarjetas de débito y de crédito, sin consultar a sus usuarios. Desde una fecha que no ha sido precisada, porque no hubo comunicaciones al respecto, se impusieron límites de compras con tarjetas de débito y de crédito.

Cuando las adquisiciones llegan a esos topes variables, las tarjetas quedan automáticamente inhabilitadas hasta el próximo mes. Y si no se ha llegado a pagar servicios contratados en línea, se corre el riesgo de caer en mora. Esas son las consecuencias de decisiones que los bancos asumieron unilateralmente. No han violado ninguna norma, pero lo hicieron sin consultar a sus clientes.

¿Qué hacer ante situaciones como esta? La realidad cotidiana demuestra que el comercio electrónico no se limita a las ofertas de entretenimiento, sino que abarca un sinfín de servicios que ahora no se pueden comprar con la facilidad de antes por la sencilla razón de que Bolivia ha perdido credibilidad internacional.

La madre del cordero es la escasez de dólares. Hasta antes de la crisis, no solo era fácil operar con comercio electrónico sino también recibir y hacer pagos con moneda extranjera. Muchos bancos eran corresponsales de sus similares del exterior. Hoy en día, prácticamente no hay bancos bolivianos que ofrezcan ese servicio porque los extranjeros les han quitado representación.

Ahora bien, el comercio electrónico no se limita a los servicios que se podía contratar mediante los bancos. Hay otro tipo de proveedores en línea, pero cuyas operaciones, por una cuestión básicamente de conocimientos, no están al alcance de todos. Se han multiplicado las ofertas de cursos particulares que, lógicamente, tienen un costo.

Por todo lo apuntado, Bolivia no solo se ha estancado en el uso del comercio electrónico, sino que está sufriendo un retroceso que no será fácil de revertir. Y este detalle debe ser tomado en cuenta por los responsables del manejo económico del país.

Entre las múltiples opciones para operar el comercio electrónico están las monedas virtuales o criptomonedas. Estas ya han sido asumidas como una manera de operar en línea, y están siendo aceptadas en otros países. ¿No será hora de difundir con mayor propiedad, desde el Estado, los alcances de estas monedas?

Además de ocuparnos del problema será necesario buscar alternativas de solución. Los operadores de la economía nacional pueden hacer algo al respecto.

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