La industria del gas natural en América Latina en etapa de transformación

Boris Santos Gómez Úzqueda 05/06/2025
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Nos guste o no el presidente Milei de Argentina dio un “sacudón” positivo a la industria del gas natural en su país y generó una ola que contagia positivamente al hemisferio.

Su apertura total hacia la inversión privada, la libre empresa y el abandono de políticas populistas/estatistas/socialistas del kirchnerismo (el socialismo argentino) fueron significativas para generar nuevos escenarios de confianza en banca, industria, comercio, turismo y el sector energético, concretamente oil y gas.

A pesar de los desafíos ambientales y regulatorios, en Argentina, concretamente, y en varios países Latinoamericanos se están impulsando proyectos estratégicos para consolidar al gas como un pilar en su matriz energética y como fuente de exportación.

Reitero lo que siempre afirmé desde hace más de una década: el gas es llave del desarrollo y en relación a la industria eléctrica será/y/es actualmente el puente idóneo en la transición energética entre fósiles y renovables.

El gas no podrá dejar de utilizarse por más odio que le tengan. La norma europea que reclasificó al gas natural como energía verde es el Reglamento Delegado (UE) 2022/1214, que forma parte de la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea (Reglamento Delegado (UE) 2022/1214 de la Comisión, de 9 de marzo de 2022, por el que se complementa el Reglamento (UE) 2020/852 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo al establecimiento de un marco para facilitar inversiones sostenibles).

Este reglamento incluye ciertas actividades relacionadas con el gas natural y la energía nuclear como económicamente sostenibles, es decir, clasificadas como "verdes", bajo condiciones estrictas. En el caso del gas natural:

Se permite clasificar como "verde" a las inversiones en generación eléctrica mediante gas solo si se cumplen estos criterios: Se utilizan para reemplazar instalaciones de generación más contaminantes (como las de carbón).

 

El rol del gas natural en la generación eléctrica

Concretamente: la generación eléctrica en América Latina y el Caribe (ALC), señala un rol preponderante del gas natural (mix de generación eléctrica a 2024):

  • Hidro: 45 %
  • Gas natural: 25 %
  • Eólica: 12 %
  • Solar: 7 %
  • Bioenergía: 4 %
  • Carbón mineral: 2 %
  • Nuclear: 2 %
  • Derivados del petróleo: 2 %
  • Geotérmica: 1 %

El gas natural cumple funciones clave en la matriz energética, tales como:

  1. Estabilidad del sistema: Proporciona capacidad de respuesta rápida, esencial para respaldar fuentes intermitentes como la solar y eólica;

 

  1. Reducción de emisiones: Emite menos CO₂ que otros combustibles fósiles, ayudando a mitigar el cambio climático;

 

  1. Respaldo a hidroeléctricas: Sirve como soporte durante periodos de sequía, cuando la generación hidroeléctrica disminuye.

El resumen concreto es que el gas natural continuará siendo factor determinante en la generación eléctrica hemisférica.

Perspectivas regionales y rol del gas natural

Siendo así, el gas natural sigue siendo considerado por muchos gobiernos latinoamericanos como un combustible clave para la transición energética. Inclusive Europa cambió su taxonomía y reclasificó al gas como “verde” para ayudar a cumplir objetivos de la transición energética. Según la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el gas es “una opción viable, asequible y confiable para acelerar el proceso de descarbonización”; aunque obviamente siempre habrán voces fundamentalistas de un ambientalismo totalitario que advierten sobre su impacto climático, especialmente por las emisiones de metano (complementar: Latin Energy Group - LATIN ENERGY GROUPEl País)

Insisto, en base a los datos en que Argentina se posiciona como uno de los líderes en inversión en gas natural, gracias a su reservorio denominado Vaca Muerta, formación geológica de shale petróleo de esquisto o shale oil y gas de lutita o shale gas; situado en las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, considerada hasta hoy la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo.

De momento la empresa estatal YPF lidera un megaproyecto de 55.000 millones de dólares para producir 30 millones de toneladas métricas anuales de gas natural licuado (GNL) para 2032 . Además, empresas como Transportadora de Gas del Sur (TGS) y Transportadora de Gas del Norte (TGN) anunciaron, por separado, inversiones significativas para expandir la infraestructura de transporte de gas. (complementar en: .Guía Chile Energía+2Wikipedia+2Latin Energy Group - LATIN ENERGY GROUP+2Guía Chile Energía+2Reuters+2Wikipedia+2)

Con la ola liberal de derecha que aterrizó en Argentina países como México y Colombia, si desean continuar en sus posiciones de vanguardia en exploración/explotación de gas, deben articular y gestionar políticas que, ciertamente, no estarán alineadas con la ideología de ultra izquierda que gobierna esas dos naciones.

Ambos países deben continuar apostando al gas natural como parte de su estrategia de transición energética.

En resumen, toda Latinoamérica podría considerar:

  • Activar legislaciones que estimulen a que inversionistas privados inviertan en explotación de gas con sistemas para reducir emisiones de metano en esas actividades de petróleo y gas, es prioridad; pero al mismo tiempo sin ahogar a inversionistas con altos impuestos y costes burocráticos interminables;

 

  • Concretar un marco rector para la participación del sector privado en hidrocarburos y electricidad, tratando de remover la alta participación del estado en esas cadenas productivas;

 

Aunque les disguste a los ultra totalitarios fundamentalistas verdes el gas seguirá siendo una opción de generación eléctrica indiscutible. 

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