Sobreviviente

Monica Briançon Messinger 10/06/2025
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Tragedias a las que he sobrevivido: Al 22 de enero de 2006; al cambio de nombre de República a Estado Plurinacional; a la mamada de la supuesta nacionalización de YPFB; a las 49 obras “fantasma” y proyectos observados por el caso Fondo Indígena, con un daño económico de Bs 102 millones al Estado.

Al fiasco del Silala, cuando en diciembre de 2022 se estableció que el Silala es un curso de agua internacional y que Bolivia tiene derecho a utilizarlo, pero no puede evitar que Chile también lo utilice.

A los millones de dólares empleados en el fiasco de la salida al mar, cuando la Corte Internacional de Justicia desestimó la demanda de Bolivia en 2018 determinando que Chile no tenía obligación de negociar una salida soberana al mar. Por supuesto, a los kilómetros de tela azul para la vergüenza internacional de “la bandera más grande del mundo”.

A la falta de respeto a los resultados del 21F.

Al robo de Bs 520 millones que se llevó Morales en su avión cuando renunció luego del fraude electoral de octubre de 2019.

A los incendios de más de 14 millones de hectáreas en la Amazonía, gracias a los decretos incendiarios de Morales y Arce.

A una estupidez económica llamada bolivianización de la economía.

A la falta de respeto a la dignidad humana, a los principios democráticos y a la capacidad de indignarse ante la injusticia, el odio y la corrupción cuando fallecieron los esposos Andrade o don José María Bakovic.

Igualmente he sobrevivido a la dictadura de Banzer, a la de García Meza, al cambalache militar en el poder en los ‘80s, a la hiperinflación de Siles Suazo, al Decreto Supremo 21060. A la capitalización del Goni, a las vacas locas, al fin del milenio, al Y2K, a la gripe aviar y a la gripe porcina, a la Guerra del Agua y a la Guerra del Gas.

A las pititas y al gobierno de transición.

A la sandez llamada Nuevo Modelo Económico, Social Comunitario y Productivo, a los discursos vacíos como “los derechos de la Pachamama” o “el Vivir bien”. 

Es que en Bolivia el “vivir bien” es vivir bien jodidos y al día.

Para no perder la costumbre, ahora estoy sobreviviendo a la inflación de 2025. Las colas por la gasolina y el diésel. La quema de ambulancias y otros elementos, por capricho de Morales, que quiere estar nuevamente en la papeleta electoral.

No sé qué más iré a ver. Tal vez un nuevo gobierno, con viejas nuevas caras, elegido el 19 de octubre de 2025, en segunda vuelta. Luego veré una recuperación lenta de la economía. El cierre de empresas estatales deficitarias, y cómo no marchas de los funcionarios públicos neorelocalizados, luego de que perdieron sus pegas en el gordo aparato estatal.

Y así, puedo seguir mirando a una Bolivia similar a una serpiente que se muerde la cola, infinitamente estúpida, porque no aprende la lección.

Mientras tanto, nosotros sobrevivimos a un país que nació ahogado y que nos mantiene con el agua al cuello.

 

* Es periodista.

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