La conmemoración del bicentenario de la independencia de Bolivia debió haber dado lugar a espacios de debate respecto a los acontecimientos que tuvieron lugar antes y después del decisivo año 1825.
Uno de los hechos del pasado sobre el que se ha debatido poco es que Argentina declaró su independencia dos veces. Ayer se conmemoró el aniversario de la segunda en virtud a que un 9 de julio se declaró la independencia de ese país, al terminar el Congreso de Tucumán.
Pero hay un detalle que, pese a lo evidente que es, ha sido pocas veces analizado en el vecino país: que el proceso de independencia de lo que hoy es Argentina, y, por extensión, de Uruguay, Paraguay y Bolivia, comenzó el 1 de enero de 1809 y llegó a su clímax el 25 de Mayo de 1810, cuando se conformó una Junta de Gobierno que se anunció como provisional pero, finalmente, terminó gobernando el territorio que antes era el Virreinato del Río de la Plata.
Entre el 25 de Mayo de 1820 y el 9 de Julio de 1816, cuando se proclamó la independencia, ocurrieron muchas, demasiadas cosas, que determinaron que se llegue al Congreso de Tucumán con la intención de activar un reinicio.
La Junta de Gobierno, a la que también se llama Primera Junta, duró hasta el 18 de diciembre de 1810, cuando se constituyó la denominada Gran Junta que sería reemplazada después, el 22 de septiembre de 1811, por el primer triunvirato.
El gran detalle es que la insurrección del 1 de enero de 1809 estuvo encabezada por una persona que no había nacido en Buenos Aires sino en las denominadas provincias del interior, Cornelio Saavedra, cuya influencia era determinante debido a que era el comandante del cuerpo de milicias bautizado como Regimiento de Patricios. Saavedra nació en una hacienda rural del hoy departamento de Potosí, así que los porteños no lo veían como a uno de los suyos.
Comandando a los patricios, Saavedra no solo fue uno de los líderes del alzamiento del 1 de enero de 1809, sino que se convirtió en una de las figuras claves de la denominada Revolución de Mayo, a la par de personajes como Juan José Castelli, Manuel Belgrano y Mariano Moreno. Por ello, fue el presidente de la Primera Junta y de la Junta Grande, hasta que el golpe impulsado por el Cabildo de Buenos Aires lo obligó a retirarse de su carrera política y hasta se le inició una serie de procesos.
El 9 de Julio de 1816, en Tucumán, los diputados de las provincias del Río de la Plata, que pertenecieron al virreinato de ese nombre, aprobaron “la independencia de los pueblos que lo forman”, cuando, en los hechos, esta ya se había producido a partir del 1 de enero de 1809 y quedó ratificada el 25 de Mayo de 1810.
Entre las dos fechas de las que nos ocupamos, los dirigentes del ente político denominado Provincias Unidas del Río de la Plata asumieron varios actos de gobierno que, en los hechos, representó actuar con independencia: se rompió con el antiguo régimen colonial y se tomó determinaciones como fijar un escudo y los colores de una nueva bandera. Pero quizás el acto soberano más importante fue la acuñación de una nueva moneda, que se hizo en 1813 en la Casa de Moneda de Potosí. Es a partir de ese año que, tanto en la moneda como en la Canción Patria, se comienza a hablar del “pueblo argentino” y ya no del rioplatense.
Aparentemente, el reinicio, establecido el 9 de Julio de 1813, en Tucumán, fue, también, un intento de romper con el proceso anterior que estuvo encabezado por quien ahora es considerado un boliviano, Cornelio Saavedra. Directa o indirectamente, fue romper con un proceso con el que no estaban del todo identificados.