La política es el “arte de gobernar” y desde que entramos a ese concepto podemos decir que el arte es la búsqueda de lo bello, donde cada artista expresa lo mejor de su inspiración para mostrar su talento.
Trasladada la definición de arte a la política, viene a ser lo mismo. La política es la cara estética de gobernar, un gobierno tiene que mostrar su mejor versión hacia sus espectadores, o sea hacia la población. Y en Bolivia se ha instaurado el disenso al sistema político, con un gobierno vulnerable al finalizar su gestión y un proceso electoral débil.
Ahí entra lo que decía Ranciere, el disenso. Existe una carencia para expresar la política como estética. Los transmisores no están cumpliendo su función de transmitir lo sensible para ser aceptados como tales en los espectadores. Entonces se genera el disenso expresándose la falta de acuerdo y consenso entre la sociedad política y la sociedad civil.
En estas elecciones se ve que los políticos, los candidatos, no pasan del 22 o 23% de apoyo. Pese a que no hay encuestas todavía creíbles, se nota que no hay confianza mayoritaria de los electores que exprese su acuerdo con alguno de los candidatos.
Entonces este fenómeno electoral sin emociones nos hace llegar a la conclusión de que los candidatos no son el ejemplo que con moral transmitan las mejores imágenes, ideas y propuestas a los electores. Como ejemplo podemos decir que el actual proceso electoral es como un museo aburrido a donde la gente asiste por obligación o porque es gratis, pero no hay un arte que impresione sus sentidos.
Después de haber vivido la amarga experiencia neoliberal y la situación desconsolante de la última etapa del proceso de cambio, los espectadores esperan candidatos que sean ejemplos de vida, de formación y moral.
Entonces, si esta figura se habría dado en ese ámbito, hoy estos candidatos habrían tenido una capacidad de canalizar los disensos y hubieran podido hablarle con mayor moral a la población.
Por eso decimos, a manera de conclusión, que en el país en este momento hay más disensos que aceptación moral de los candidatos rumbo a las elecciones nacionales del mes de agosto.