Los días después

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 10/08/2025
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Nos encontramos a una semana de las elecciones nacionales, pero, debido a la importancia que tuvo la conmemoración recientemente pasada, este día hemos optado por un somero balance del bicentenario puesto que una efeméride de esa naturaleza solo ocurre una vez cada siglo.

Si comenzamos por lo positivo, hay que admitir que Sucre fue el más beneficiado por las celebraciones de los 200 años de la declaración de independencia y posterior fundación de Bolivia. Para llegar a ese punto, fue necesario que tanto las autoridades del sector público como los ejecutivos del privado hicieran causa común para que la celebración sea memorable y la verdad es que lo lograron.

Desde que se conoció la conformación del Comité Nacional del Bicentenario, quedó claro que el Gobierno nacional no iba a asignar recursos extraordinarios para la ejecución de obras de importancia, así que menos lo iba a ser con fines festivos. Eso le dio a la delegación presidencial del bicentenario, que fue encomendada a un chuquisaqueño, una tarea de mera coordinación; es decir, de concentrar las actividades que se iba a realizar en todo el país por el bicentenario en un solo programa o agenda general de festejos. Eso, en resumidas cuentas, fue ganar indulgencias con avemarías ajenas.

Por tanto, todo lo importante que se hizo en Chuquisaca fue con los recursos regionales, tanto públicos como privados. Los gobiernos subnacionales —Gobernación y Alcaldía— asignaron recursos con el tiempo suficiente para programarlos y ejecutarlos y eso fue lo que permitió la entrega de algunas obras de importancia. Por el lado del gobierno central solo se recibió alguna que otra contraparte nacional.

Los factores en contra también fueron muchos, comenzando con la programación de elecciones nacionales en días muy próximos a los actos centrales de conmemoración, lo que les restó protagonismo salvo en los días de los actos centrales, como ya expresamos en este espacio editorial. A eso hay que sumar el poco interés nacional en la conmemoración, el brote de una enfermedad contagiosa —el sarampión— y la poca efectividad de la Cancillería a la hora de invitar a los mandatarios extranjeros a participar en dichos actos. Al final, a Sucre solo llegaron dos jefes de Estado y una vicepresidenta, aunque esa reducida cantidad se vio compensada de alguna manera por la notoria actividad de legaciones diplomáticas entre las que destacaron las embajadas de Estados Unidos, Colombia y Venezuela.

Con todo, los actos centrales transcurrieron con normalidad, sin reportes alarmantes de ningún tipo y todos los visitantes se marcharon llevándose la mejor impresión de la capital del Estado. Frente a lo vivido, será muy difícil que La Paz, donde debe construirse el hospital gastroenterológico de cuarto nivel, con motivo del Bicentenario, iguale los actos de homenaje y peor aún si se toma en cuenta que el aluvión electoral crecerá desde mañana.

Otra región que expresó públicamente su deseo de ser protagonista del bicentenario fue Potosí con el argumento de que esta fue la que posibilitó tanto el surgimiento de Charcas como de la República de Bolivia. Eso fue lo que se manifestó en las reuniones realizadas en la Villa Imperial, pero el delegado presidencial, que las condujo, se limitó a asentir. Hubo un momento, el año pasado, en el que se habló de asignación de recursos, pero no pasó de eso.

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