Del MNR al MAS

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 09/09/2025
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Fundado en 1942, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) ha sido el protagonista indiscutible de la política boliviana del siglo XX. Otros partidos u organizaciones políticas que tuvieron su mismo peso, o que intentaron llegaron a opacarlo en algún momento, simplemente han desaparecido, perdieron su personería jurídica o existen de manera testimonial.

Al MNR le tomó 10 años llegar al vórtice de las pugnas políticas, cuando encabezó el proceso de “Revolución Nacional” no solo por las innovaciones que introdujo en su momento, sino por los cambios que significaron para la sociedad.

Desde el 9 de abril de 1952, en el que estallan las revueltas de las clases populares, hasta el 15 de ese mismo mes, cuando Víctor Paz Estenssoro entra victorioso a La Paz, ya se evidencian las diferencias. El único hijo varón de Paz Estenssoro, que estuvo a punto de ser linchado siendo niño en el golpe contra Villarroel y que con él guardó el exilio en Buenos Aires, cuenta como hito lo extraordinario que fue que Siles Zuazo esperara honradamente la llegada de Paz Estenssoro para hacerse cargo de la presidencia negada. Para él resultó increíble cómo, en plena efervescencia de la revuelta popular, Siles fuese capaz de cumplir su palabra y compromiso. Tal vez el último acto de lealtad de aquel partido roto en mil pedazos a lo largo de la historia, pero nunca derrotado del todo.

La esencia del 52 sigue viva y aún hoy, más de 70 años después, continúan apareciendo relecturas, documentos y orientaciones sobre su relevancia. La revolución popular contra lo que se consideraba la oligarquía y el imperialismo acabó marcando un hito en la historia, aunque quede olvidado en el marasmo social por las propias contradicciones que le sobrevinieron después. El Movimiento Al Socialismo (MAS) bebió intensamente de las fuentes del MNR, al menos de sus principios inspiradores, y reinterpretó algunos de los deslices del emenerrismo para alzarse con las banderas perdidas y abandonadas por este.

En el ejercicio del poder, el MAS fue perdiendo las banderas de forma similar a como lo hizo el MNR de los 90 y su propio “proceso de cambio” está terminando al borde del colapso. En noviembre entregará el poder a una de las dos opciones electorales que han quedado en disputa, pero, lejos de replegarse, lo que buscará será su relanzamiento en las elecciones subnacionales, o su sobrevivencia, si también es derrotado en esas justas. Lo que parece venir —y en eso también se parece al MNR— es la aparición de diferentes vertientes que solo el tiempo dirá si seguirán manejando la misma sigla. En el caso de la fracción liderada por el presidente Evo Morales, su meta es conseguir personería jurídica para una organización política que, conforme a la megalomanía del expresidente, mantendrá el denominativo de Evo Pueblo.

¿Qué pasa, en tanto, con el MNR, el partido que, como se ha visto, fue uno de los modelos del MAS? Aunque el hecho no ha sido suficientemente destacado por los medios, ha logrado sobrevivir con su militancia siguiendo a otras organizaciones. Siglas que en su momento tuvieron su peso específico, como Acción Democrática Nacionalista (ADN) y Unidad Cívica Solidaridad, van camino a perder su personería jurídica, pero el MNR sigue ahí como una opción política que ha sabido mantenerse, pese a todo.

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