Los vaivenes de la historia

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 29/09/2025
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Los hechos del pasado están en el pasado y jamás podrán cambiar. Lo que cambia, en ocasiones, es la interpretación de esos acontecimientos, a la luz de evidencias que no eran conocidas cuando se comenzó a estudiarlos. De allí que la historia no sea intocable.

Durante años, Sucre estuvo inmersa en una polémica respecto a su fundación. En el pasado se celebraba en una fecha determinada, pero, después, con documentos de reciente conocimiento, se planteó otra. No era el resultado de la pugna de egos —como plantearon algunos—, sino de la interpelación a interpretaciones anteriores.

En países del Primer Mundo, los efectos de las reinterpretaciones simplemente se aplican, no se discuten. Por eso es que, por ejemplo, en Grecia se ha sacado toda la mitología de los mitos y dioses olímpicos de la esfera de la Historia y se la ha llevado al terreno de la Literatura, en la que se admite la no-ficción. Actualmente, en la historia de Grecia, los olímpicos son un tema literario y no se los toma en cuenta para el estudio de los hechos del pasado.

¿Qué pasa en Bolivia? Este año, que es el del bicentenario, reflotó otra polémica respecto a una fecha, la del nacimiento de la heroína Juana Azurduy o Juana Asurdui, tal cual su escritura original. Esta no era nueva, puesto que había tomado cuerpo en años anteriores.

El hallazgo de la partida bautismal de la guerrillera, que coincide con lo que aparece en la de matrimonio, fue suficiente para determinar que la esposa de Manuel Ascencio Padilla, y que todos conocemos como una mujer que combatió en la Guerra de la Independencia junto a su marido, y perdió a sus hijos varones en esos años, era Juana Asurdui Llanos y había nacido en algún día de enero de 1780, no el 12 de julio de ese año como figuraba en la partida bautismal de su homónima.  

Esta rectificación histórica se aplicó en el momento de erigir una estatua de Juana, la guerrillera, en la Plaza 25 de Mayo. La entidad financiera que subvencionó la obra, el Banco Unión, optó por apegarse a lo que dice la historia científica y puso, en el pedestal, el nombre Asurdui, con “s” e “i”, lo que provocó reacciones de quienes creían que se había cometido un error ortográfico. ‘Azurduy’ es, sencillamente, la castellanización del original ‘Asurdui’ y, por lo tanto, no está mal su utilización hoy en día, como tampoco está mal escribir como se lo hizo en su momento, con ‘s’.

Los ejemplos referidos son apenas unas muestras de los asuntos pendientes en la historia de Bolivia. El hallazgo de evidencias, traducidas en pruebas materiales o documentales, amerita una reescritura en la que se llenen vacíos y se corrijan equívocos.

De eso —también— se trata la historia, no de textos escritos en piedra.

Con relación a Sucre, antes Villa de La Plata, al celebrarse ahora en esta fecha del 29 de septiembre por lo acontecido en 1538, quien corresponde como fundador es Gonzalo Pizarro. En cambio, cuando se recordaba la fundación el 16 de abril de 1540 se adjudicaba tal cosa a Pedro Anzúrez. Así lo confirman los historiadores más serios de la ciudad.

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