Sobre la fusión de (dos) ministerios

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 10/11/2025
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La euforia por el cambio de gobierno prosiguió ayer sobre la base de la esperanza que se ha generado con los anuncios de los nuevos mandatarios y el impacto que causó ver al presidente Rodrigo Paz y a sus ministros encabezando el convoy de cisternas en su ruta hacia Senkata. Una buena señal, por lo demás, en aras de la recuperación de la normalidad en el aprovisionamiento de carburantes que, según se ha advertido, será paulatino.

Fue el primer acto de los ministros posesionados. Lo que se ve, con la simple consulta de sus hojas de vida, es que se trata de profesionales, en general, con amplia formación académica y una notable experiencia, tanto en la administración pública como privada.

El retorno de la meritocracia merece ser aplaudido, y también marca diferencias con los anteriores gobiernos. También la decisión de fusionar ministerios con el propósito de reducir gastos y buscar una mayor eficiencia en la administración de la cosa pública.

En líneas generales, la medida de achicar el Estado, además de favorecer a la ciudadanía en su diario vivir como, por ejemplo, no tener que lidiar con los trámites y papeleos —las benditas fotocopias y demás—, tendría que ser beneficiosa, sobre todo, en cuanto a la economía. Por siempre se ha criticado el excesivo gasto en el funcionamiento de las oficinas de Gobierno.

De todos modos, la Administración de Paz tendrá que ser muy cuidadosa a la hora de decidir qué ministerios fusionar y cuáles no. Ya han comenzado a circular algunos cuestionamientos respecto a la inminente desaparición del Ministerio de Minería y Metalurgia. La idea es que se concentre en la cartera de Hidrocarburos y Energías, lo que, bien manejado, debería desembocar en resultados positivos. Entretanto, hay quienes se preguntan si realmente es conveniente juntar las principales actividades extractivas del país en un solo ministerio.

Como se sabe, las reservas de hidrocarburos han bajado, al igual que la venta de gas, mientras que los precios de los minerales siguen en ascenso y han devuelto a la minería su primer lugar en exportaciones. Y no se trata simplemente de extraer y vender, sino de desarrollar la explotación de tierras raras, un tema que se podría decir que se ha puesto de “moda” a partir del interés demostrado en el mundo por el influyente presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por otro lado, también comienza a debatirse sobre la posible desaparición del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, un tema que ya en el pasado fue cuestionado, principalmente, por los artistas y gestores culturales. Por ahora, el chuquisaqueño Freddy Vidovic está al frente del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y, además, de manera interina, de la referida cartera de Culturas.

La primera duda que surge en cuanto a este último asunto es qué relación tienen el Ministerio de Justicia con el de Culturas. Luego, conviene recordar que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) ha puesto en evidencia que la cultura —o las culturas— se ha convertido en el cuarto pilar del desarrollo sostenible, detrás de los pilares ambiental, social y económico.

Es cierto que los anteriores gobiernos manejaron la cultura bajo un concepto marxista y, en muchos casos, distorsionaron la idea de la colonización, pero, precisamente por eso mismo, esta área merece un cuidado y un debate especial, con expertos en la materia, para estudiar bien la pertinencia o no de reducirla a un viceministerio y, en caso de ser así, determinar a qué ministerio deberá corresponder.

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