Este martes, se conmemoran los 180 años del estreno del Himno Nacional de Bolivia, una composición que nació como “Canción Patriótica” y que luego devino en una obra musical de mayor grado y significación.
Se sabe que fue estrenado en la ciudad de La Paz, con motivo del cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi, y que tuvo tanto impacto que, años más tarde, el presidente Manuel Isidoro Belzu le dio el rango que ahora tiene mediante un decreto supremo.
Existen antecedentes y detalles respecto al Himno Nacional que deberían haber sido motivo de debate entre historiadores durante las conmemoraciones del Bicentenario de Bolivia. Lamentablemente, no se disipan las dudas y varios hechos poco conocidos se mantienen como tales.
En el país siempre existió la conciencia de contar con un himno, puesto que ya tenía otros símbolos, como el escudo y la bandera. Por lo tanto, hubo intentos anteriores a la composición de la actual obra musical.
Quizá el intento más conocido sea el de 1835, apenas diez años después de la independencia, cuando el maestro Pedro Ximénez Abrill Tirado compuso una “Marcha Nacional” en Chuquisaca. De no haber mediado la guerra por la Confederación Perú-Boliviana, probablemente esa canción hubiera llegado a la categoría de Himno Nacional, pero la historia discurrió por otros canales.
En 1843, con José Ballivián en la presidencia y, tras haber erradicado la permanente amenaza peruana en los campos de Ingavi, necesitaba construir su propia narrativa. Eso lo motivó a invitar al entonces director general de Bandas del Ejército de Chile, el compositor italiano Leopoldo Benedetto Vincenti, a visitar Bolivia para componer una obra musical que rindiese homenaje a la todavía fresca victoria nacional.
No existen referencias documentales respecto al itinerario que siguió Vincenti para llegar, pero la versión de que estuvo algún tiempo en Potosí, ya sea antes o después de llegar a La Paz, cobró fuerza en los últimos años.
El italiano debía encargarse de la música mientras que la tarea de escribir la letra le fue conferida al escritor José Ignacio Sanjinés, cuyo origen no ha sido dilucidado hasta el momento. Aunque hay versiones que señalan que nació en Chuquisaca, sus vínculos con Potosí son numerosos, partiendo por el hecho de que representó a este departamento en la Asamblea de 1825 y posteriormente fue el primer rector titular del Colegio Nacional de Pichincha.
En 1844, Sanjinés podía estar entre Potosí y Chuquisaca, pero no en La Paz, lo que habría determinado que Vincenti tuvo una corta residencia en el sur del país y en ese tiempo habría compuesto la música que le solicitó el presidente Ballivián.
Lo cierto es que la “Canción Patriótica” se estrenó un día como hoy, pero de 1845, y posteriormente, en 1851, un decreto de Belzu la elevó a la condición de Himno Nacional de Bolivia. Desde entonces hasta la fecha, su valor como símbolo ha crecido y existe una normativa —aunque mínima— en torno a él, comenzando por la obligatoriedad de interpretarlo cada lunes, según un decreto de Hugo Banzer Suárez.
El Himno Nacional de Bolivia es un símbolo patrio y, a lo largo de los años, se ha convertido en parte de nuestra nacionalidad y, por los tiempos en que vivimos, hoy deberíamos entonarlo como señal de unidad.
