Una de las medidas del nuevo gobierno es la eliminación de la exigencia de visas a ciudadanos de siete países, incluido Estados Unidos. Está en el Decreto Supremo (DS) 5497 que, desde el punto de vista jurídico, representa un cambio de grupos de la exigencia —o no— de visas para visitar Bolivia.
La actual normativa para las visas se basa en el DS 27150, promulgado el 3 de septiembre de 2003, para aprobar una lista de exoneración y extensión de visas y dividir a los países en tres grupos: el I es el de los países cuyos ciudadanos no necesitan visa para ingresar al país; el II, el de los que requieren visa sin consulta; y el III, el de los que requieren visa con consulta.
El grupo I estaba integrado por 52 países y muchos de estos fueron incluidos por peso específico, ya que se trata de los de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), organizaciones de integración de las que Bolivia forma parte y, en virtud a ello, se eliminó la exigencia de visas, pero de manera recíproca. La CAN tiene como estados miembros a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú y como asociados a Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile. El Mercosur, a Bolivia, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela y sus estados asociados Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Guyana y Surinam.
El grupo II es el más numeroso: estaba integrado por 81 países, mientras que en el III había 12. Estos datos, que están en el DS 27150, variaron ligeramente el 1 de enero de 2007, cuando el entonces presidente Evo Morales promulgó otro DS, el 28997, que transfería del grupo I al II a Serbia y Montenegro y Chipre; del II al III a Angola, Bután, Chad, Congo, Ruanda, Somalia, Yemen, Indonesia y la República Popular China, incluyendo Taiwán. En una evidente actitud política, se pasó a Estados Unidos del grupo I al III.
El efecto de esos decretos y modificaciones es que había —y todavía hay— una larga lista de países a cuyos ciudadanos se les pide visa para ingresar a Bolivia. Estos son los de los grupos II y III. El decreto de Paz Pereira saca de estos grupos a la República de Corea, Sudáfrica, Bulgaria, Malta, Rumania, Emiratos Árabes Unidos, Israel y Estados Unidos.
El país que destaca de esta nómina es Estados Unidos, cuyos ciudadanos —como ocurre en muchas otras naciones del Primer Mundo— acostumbran viajar a otros países en sus vacaciones, y hubo opiniones en el sentido de que los demás no tienen ese carácter. No obstante, si se revisan los partes de Migraciones y de la Cámara Hotelera, uno se encuentra con que los coreanos están entre los visitantes más asiduos a Bolivia, en una proporción similar a los del Reino Unido. Los demás países tienen escasos reportes de ingresos, pero su perfil económico resulta interesante. Con excepción de Sudáfrica, que tiene un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto, los otros llevan el rótulo de “muy alto”, lo que los convierte en potenciales visitantes.
¿Qué se debe hacer? Desarrollar campañas de promoción para que la oferta turística de Bolivia se conozca en esos países. Hace solo unos días, el embajador de la India en Bolivia, Rohit Vadhwana, visitó Sucre y Potosí y se quedó impresionado por todo lo que vio. Esta clase de representantes puede convertirse en valiosos aliados para atraer más turismo. Además, es preciso devolverle a Bolivia la condición de destino seguro que perdió en los últimos años. Por eso se debería penalizar los bloqueos, y también reformular la política de visas. ¿Cómo es posible que, necesitando visitantes, estemos cerrando las puertas a los ciudadanos de más de 80 países en el mundo? Es realmente una paradoja, cuando no un despropósito.