El equipo de Real Potosí volvió a la División Profesional del Fútbol Boliviano, antes conocida como Liga del Fútbol Profesional Boliviano, una noticia para celebrar.
El primer director del diario El Potosí fue Samuel Blanco Blanco, expresidente de Real Potosí en 2001, cuando el equipo ya llevaba cuatro años de haber ascendido a la Liga. Y mientras estuvo ligado a esta empresa, se constituyó en una pieza importante de su andamiaje, especialmente en la relación con círculos empresariales, en los que también se movía.
Blanco era un personaje peculiar, que se caracterizaba por ponerles corazón a sus emprendimientos. Le pasó en Real Potosí y también en la dirección de El Potosí. Por ello, fue muy difícil mantener la distancia con el concepto de hincha, que solía pesar en el plantel periodístico, aunque Blanco se mantenía ajeno y nunca interfirió en el enfoque que la redacción le daba al manejo informativo de las noticias sobre la Liga del fútbol.
Pero, como la mayoría de los periodistas saben, la imparcialidad no existe. A lo que se puede —y debe aspirar— es a la ecuanimidad, a la “igualdad y constancia de ánimo”. En ese marco, cuando Universitario retornó a la Liga y surgió el clásico del sur, fue todavía más difícil mantener las distancias.
Después de soportar estoicamente por algunos años, finalmente Samuel Blanco cedió a una enfermedad que, de inicio, le había obligado a establecerse en Santa Cruz. Por responsabilidad, dejó la Presidencia de Real Potosí que, a partir de entonces, tuvo un notorio declive. El mal avanzó y Blanco tomó otra decisión que llevaba años evitando: volver a su natal España con el fin de afrontar una enfermedad que lo estaba consumiendo.
A inicios de octubre de 2021, perdió el partido de su vida y partió a la gloria. Parecía que su destino estaba ligado al equipo de sus amores que, dos meses después, sufrió el mayor revés de su historia: descendió de la Liga tras ser derrotado nada menos que por Universitario de Sucre. Debido a la rivalidad que habían mantenido ambos equipos, el golpe fue doblemente doloroso. Samuel Blanco había muerto y parecía que su equipo expiraba con él.
No obstante, la pasión de Samuel Blanco no se había ido con él. Los dirigentes que asumieron el mando del equipo se propusieron devolverlo a la Liga, luego División Profesional del Fútbol Boliviano. Cuando Real Potosí descendió, otro club de la Villa Imperial se quedó en la Liga: Nacional Potosí.
Real Potosí no era simplemente un equipo de fútbol o una institución deportiva, sino que la mística que le había insuflado Samuel Blanco, ya sea desde las casamatas o desde las graderías, convirtieron la predilección por una escuadra de fútbol en una pasión que todavía no se define con la claridad necesaria para entenderla.
El testimonio de las vendedoras de recuerdos del estadio potosino es el que más se acerca a una explicación: cuando juega Real Potosí se vende mucha mercadería. Este público apasionado, mayoritariamente humilde, es el que está celebrando —y con justa razón— el retorno del Lila a la primera división del fútbol boliviano.