Suu Kyi, líder natural sin derechos

Aunque gane las elecciones, una ley impedirá a la Nobel de la paz llegar al poder

CAMPAÑA. La líder opositora y nobel de la paz Aung San Suu Kyi ofrece una rueda de prensa sobre las elecciones CAMPAÑA. La líder opositora y nobel de la paz Aung San Suu Kyi ofrece una rueda de prensa sobre las elecciones

Redacción Central/EFE
Panorama / 08/11/2015 09:02

La nobel de la paz y líder opositora, Aung San Suu Kyi, no podrá convertirse en presidenta de Birmania (Myanmar) aunque su partido gane las elecciones de hoy, domingo, ya que se lo prohíbe la Constitución.

La Carta Magna inhabilita a los candidatos que tengan pareja o hijos extranjeros en un artículo que parecía pensado para Suu Kyi, que estuvo casada con un británico y cuyos dos hijos poseen pasaportes del Reino Unido.

El actual presidente Thein Sein ha alegado que la norma estaba ya presente en la Constitución de 1947 y que tampoco Henry Kissinger pudo aspirar a la presidencia de Estados Unidos por haber nacido en Alemania.

La parlamentaria, de 70 años, trató el pasado junio de cambiar esta disposición, pero se topó con el poder de veto de facto de los militares, que por ley ocupan el 25 por ciento de los escaños del Parlamento bicameral.

Suu Kyi no consiguió su objetivo pero reafirmó el compromiso de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), para concurrir en los comicios, los primeros celebrados bajo un Gobierno democrático en más de cinco décadas.

Durante la campaña, la nobel de la Paz expresó su confianza en que la LND gane las elecciones y forme el próximo Gobierno, aunque ella no pueda ser presidenta.

"Que no haya dudas; quien quiera que sea el presidente, yo seré la líder del Gobierno de la LND", apostilló la Dama, como la llaman muchos de sus seguidores.

Además de su carisma forjado durante su larga oposición a las antiguas juntas militares y sus 15 años bajo arresto domiciliario, Suu Kyi cuenta con el legado de su padre, el héroe de la independencia Aung San, a pesar de que apenas lo conoció porque fue asesinado cuando tenía dos años.
La nobel de la Paz cuenta con un gran número de admiradores dentro y fuera de su país, pero su lustre se ha apagado en parte debido a problemas internos en su partido y a su renuencia en interceder a favor de los rohinyás, una minoría musulmana que vive en una situación parecida al apartheid.
Nacida el 19 de junio de 1945, Suu Kyi salió del país a los 15 años para instalarse en la India, donde su madre, Khin Kyi, había sido nombrada embajadora.

En los años 1960, se mudó a la ciudad universitaria británica de Oxford para cursar Filosofía, Economía y Política, y allí conoció al que se convertiría en su marido, Michael Aris, con el que tuvo dos hijos: Alexander (1973) y Kim (1977).

Suu Kyi se dedicó a las tareas de madre y esposa, compartidas con trabajos y estudios en Japón y Bután, hasta que en 1988 regresó a Birmania para cuidar de su madre enferma, quien moriría a finales de ese mismo año.

Su llegada a Rangún coincidió con las manifestaciones de miles de activistas que exigían el fin de la dictadura y reformas democráticas en el país, bajo el poder de los militares desde 1962.

Pronto Suu Kyi, inspirada en parte por la resistencia pacifista de Mahatma Gandhi, se unió a las protestas y dirigió el movimiento democrático que exigía elecciones generales.

Las movilizaciones fueron acalladas por los soldados y murieron unas 3.000 personas, aunque la junta militar, sometida a una fuerte presión, convocó a elecciones generales en mayo de 1990.

Al frente de la LND, Suu Kyi, por entonces bajo arresto domiciliario, ganó por amplia mayoría los comicios, pero los militares no asumieron el resultado y se mantuvieron en el poder.

En 1999, la líder birmana sufrió un duro golpe personal al fallecer su marido de cáncer de próstata en Londres.
Suu Kyi no pudo despedirse de su esposo por temor a que las autoridades le impidiesen el regreso a Birmania.

En total, Suu Kyi pasó 15 años confinada en su residencia en Rangún (1989-1995, 2000-2002 y 2003-2010), aislada del mundo exterior excepto por una radio en la que escuchaba la BBC y algunas visitas autorizadas raramente por la junta.

Los conflictos armados y étnicos ensombrecen las elecciones en Birmania

Los conflictos armados étnicos entre el Ejército y algunas guerrillas en Birmania (Myanmar) ensombrecen las esperadas elecciones del 8 de noviembre, a pesar del alto el fuego nacional firmado con algunos grupos rebeldes.

Mientras que la campaña electoral ha transcurrido con relativa normalidad en gran parte del país, los combates entre los soldados y rebeldes kachin, shan, kokang o palaung mantienen vivas las ascuas de una de las guerras civiles más antiguas del mundo.
La mayoría de las minorías étnicas reclaman un Estado federal y la retirada de las fuerzas del Ejército birmano de sus territorios para deponer las armas, mientras que los militares defienden un sistema centralista.

Tras la disolución de la última junta militar en 2011, el presidente, Thein Sein, ofreció la paz a las guerrillas y, dos años más tarde, inició negociaciones para firmar un alto el fuego nacional, paso previo al proceso formal de diálogo.
Sin embargo, el pasado 15 de octubre sólo ocho de la quincena de grupos armados étnicos invitados a las negociaciones firmaron un armisticio nacional.

Uno de las organizaciones firmantes fue la Unión Nacional Karen y su brazo armado, el Ejército de Liberación Nacional Karen, con unos 5.000 combatientes y levantada en armas desde 1949 contra el Gobierno birmano.

Las autoridades birmanas han dejado fuera de las negociaciones de armisticio a algunas organizaciones como los kokang o palaung, con los que el Ejército se ha enfrentado en las últimas semanas en el Estado Shan, en la parte nororiental del país.
El Frente de Liberación del Estado Palaung (PSLF, en sus siglas en inglés) y su brazo armado, el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang, acusa a los militares birmanos de iniciar las hostilidades.

Tar Parn La, portavoz del PSLF, indicó que apoyan la celebración de elecciones, aunque se oponen a la Constitución de 2008, redactada por los militares y que ampara un Estado centralista.

El guerrillero afirmó que los palaung (también llamados ta'ang) reivindican "una mayor autonomía para ejercer un poder administrativo, legislativo y judicial a nivel local".

Entre los ausentes en las negociaciones se encuentra el Ejército del Estado Unido Wa, la mayor guerrilla del país con unos 30.000 combatientes acusados de estar implicados en el tráfico de heroína y metanfetaminas en el Triángulo de Oro, la región donde confluyen las fronteras de Birmania, Laos y Tailandia.

Los wa no han mostrado interés por el proceso, a pesar de que son firmantes, como otros grupos armados, de un alto el fuego bilateral.
Desde 2011, los soldados birmanos libran un conflicto armado con la guerrilla del Ejército para la Independencia Kachin, que cuenta con una fuerza de entre 7.000 y 10.000 efectivos en la región montañosa del Estado Kachin (noreste).

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