¿Quiénes murieron en El Alto?
Entre los seis fallecidos, estaban dos madres y dos padres que dejaron en la orfandad a ocho menores de edad
Entre los seis fallecidos, estaban dos madres y dos padres que dejaron en la orfandad a ocho menores de edad; una joven y un abogado que ayudó a sus compañeros a ponerse a salvo y terminó muerto completan la penosa lista de víctimas
Las seis personas que murieron en los hechos violentos suscitados en la Alcaldía El Alto yacen bajo tierra, producto de lo cual ocho menores de edad quedaron en la orfandad, pero ¿quiénes eran?
El miércoles 17 de febrero, una movilización de padres de familia de distintas zonas de El Alto terminó en la muerte por asfixia de funcionarios del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, porque presuntamente algunos dirigentes contrarios a la alcaldesa Soledad Chapetón incitaron la violencia y quema del edificio municipal.
Cuatro empleados públicos eran, además, padres de familia que dejaron en la orfandad a ocho niños. Junto a ellos murieron otras dos personas que no tenían hijos.
Rosmery Mamani Paucara, de 46 años, dejó a tres menores en la orfandad: un adolescente de 14 años, una niña de 11 y otra de seis. Ella, junto a un arquitecto, un supervisor de obras y un técnico, todos de la Comisión de Obras del municipio, fueron a dejar unos informes a la Alcaldía; no imaginaron morir juntos en los baños del edificio municipal.
"Escaparon al baño para que no los golpeen, ahí se han intoxicado, los cuatro han muerto juntos", contó un compañero de trabajo de Rosmery, cuyos restos fueron enterrados en el cementerio general de Laja.
Ana María Apaza, de 46 años, era madre y padre de una niña de nueve años; murió asfixiada junto a otras personas dentro un baño en la Alcaldía de El Alto.
Ana María era contadora general y a pesar de la discapacidad física que padecía, era el bastión de su hogar. Según sus familiares, antes de su muerte se contactó con su hija para decirle que estaba bien; después de las 11:00 sus familiares intentaron comunicarse con ella pero ya no volvió a contestar su teléfono celular.
La muerte de Ana provocó la indignación, no sólo de sus familiares, sino de la Confederación Boliviana de la Persona con Discapacidad (COBOPDI), que repudió los hechos violentos en El Alto y declaró luto en la población con discapacidad.
Los restos de Ana fueron enterrados en el cementerio Prados de Ventilla de la zona de Senkata.
José Ortiz, otra de las víctimas, dejó dos niños en la orfandad y a Juana, su esposa, completamente consternada por esta tragedia. Los familiares no encuentran explicación a esta pérdida y simplemente comprenden que sea por cosas del destino.
Su esposa lamenta que a José, que reposa en el Cementerio General, no le hubieran firmado la licencia que solicitó para ese miércoles; de haber recibido el permiso, no estaría muerto.
Como él, perdió la vida Javier Mollericona, de 29 años, padre de dos niños e ingeniero de sistemas de profesión. Trabajaba en la Unidad de Supervisión de Obras de la Alcaldía de El Alto y dejó en la orfandad a un niño de tres años y a otro que tiene cinco meses de gestación.
La familia Mollericona Quispe es, quizá, una de las más golpeadas. En "Octubre Negro" perdieron a su nieto de cinco años y ahora a su hijo más querido, sepultado en el cementerio Prados de Ventilla.
Murió también Juan Laura, el "héroe" que salvó a sus compañeros. Abogado de profesión, trabajaba en la Unidad de Recursos Humanos de la Municipalidad de El Alto y ahora reposa en el Cementerio Jardín. El día de los hechos, sus compañeros lo vieron muy afanado ayudando a sus compañeros a salir del edificio municipal; luego fue encontrado muerto con la cabeza ensangrentada, por lo que presumen que fue asesinado, aunque las seis autopsias dan cuenta de muerte por asfixia.
La última víctima, Gloria Magaly Calle, de 21 años, se preparaba para estudiar ingeniería petrolera en la Universidad Pública de El Alto (UPEA). Fue la más joven de los fallecidos en el incendio y la penúltima de siete hermanos, trabajaba como técnico de supervisión de obras. Al igual que algunos de sus compañeros fue a la Alcaldía solamente a dejar unos papeles, pero el humo provocado por las llamas del incendio terminó asfixiándola.
Según sus familiares, Gloria era muy sacrificada y dedicada al estudio con grandes metas de superación, que quedaron truncadas.
Periodistas, objeto de agresiones
Al menos cinco periodistas y un camarógrafo fueron agredidos mientras hacían la cobertura del incendio en la Alcaldía de El Alto provocado por los padres de familia que exigían mejor infraestructura para las unidades educativas.
Heidy Tarqui de Católica TV, Juan Siñani de El Diario, Rolando Rivas de La Razón y Dámaso Sirpa de Canal 24 y el camarógrafo Máximo Catumo de Católica Tv contaron que la turba de gente al darse cuenta de la presencia de los medios de comunicación arremetió en contra de ellos y tuvieron que correr para no ser agredidos.
De acuerdo con declaraciones que Tarqui dio a la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), los marchistas la denigraron como mujer y el camarógrafo trató de defenderla y recibió una pedrada.
El camarógrafo Máximo Catumo tiene heridas en la cabeza y los marchistas trataron de arrebatarle el micrófono, la cámara y sus documentos de identidad.
Según el jefe de prensa de Católica Tv, Waldo Cornejo, el camarógrafo está internado en un hospital con diagnóstico reservado y están analizando realizar una denuncia ante las autoridades por la agresión a quienes tienen identificados.
Por su parte, el periodista Rivas fue perseguido y golpeado, además que le quitaron una cámara fotográfica. Al periodista Juan Siñani de El Diario también trataron de quitarle la cámara, pero como defendió su equipo comenzaron a patearlo hasta hacerlo caer al suelo.
Al margen de estos casos documentados, medios de comunicación como Cadena A mostraron cómo manifestantes increparon a su personal de prensa e intentaron arrebatarles los equipos.
Además, a varios trabajadores de la información les llegaron las pedradas que los marchistas lanzaron contra la alcaldesa alteña, Soledad Chapetón, tras la tragedia.
La Asociación Nacional de la Prensa expresó su rechazo a la violencia en contra de los periodistas que, como en otras ocasiones, sólo cumplían con su trabajo. Otra vez, reclamó el cumplimiento y las garantías para los periodistas.
Cronología de la jornada violenta en El Alto
Una marcha pacífica de padres de familia hacia la Alcaldía de El Alto terminó en una tragedia, incitada e impulsada por presuntos infiltrados que ocasionaron desmanes en el edificio municipal, dejando un saldo de seis fallecidos y más de 20 heridos.
Tras recoger algunos testimonios, ANF presenta la cronología de los hechos suscitados la mañana del 17 de febrero:
7:00. “Las marchas de los padres de familia empezaron de los cuatro puntos de El Alto", de las zonas de Senkata, Ciudad Satélite, Villa Adela y Rio Seco", dijo Brayan Cuba, que recordó que la manifestación rumbo a la Alcaldía alteña exigía el cumplimiento de demandas educativas.
8:00. Los funcionarios municipales realizaron una llamada telefónica al responsable del Comando Policial para pedir ayuda, "pero el Comando nos decía que tenían otros casos, no podían ir a la central".
En ese momento llegaron a la Alcaldía los primeros marchistas que venían de la zona de Senkata.
9:00 a 9:15 Empezaron a llegar los marchistas de Ciudad Satélite y minutos después, los de Villa Adela y de Río Seco; en ese instante iniciaron las protestas en alrededores de la Alcaldía.
9:30 Brayan recuerda que aproximadamente a esa hora "ha venido el Viceministro de Gobierno (Marcelo Elio)" a observar la situación de la protesta.
Antes de que se inicien los primeros hechos violentos, Sonia Vallejos, funcionaria municipal, dijo que conformaron una comisión para pacificar la situación y enviaron a un representante para hacer conocer a los dirigentes la predisposición de dialogar, pero éste fue agredido verbal y físicamente.
10:00 Brayan Cuba dijo que los manifestantes empezaron a lanzar piedras. Contó que estaba en la puerta principal y vio cómo el ex candidato a la concejalía Wilmer Apaza Sarzuri "lanza una piedra y patea las puertas".
En ese momento, varios jóvenes encapuchados empezaron a patear las puertas y metieron explosivos por debajo de la puerta. La Policía seguía sin llegar.
11:00 La primera oficina tomada fue la de la unidad sumariante, donde se encuentra la documentación de procesos en contra de ex funcionarios supuestamente implicados en corrupción.
Cabecillas de la manifestación incitaron a ingresar al edificio municipal y comenzaron a forzar la puerta principal con objetos contundentes e ingresaron a distintas oficinas, llevándose documentación. Más personas se aglomeraron e introdujeron llantas y gasolina a las oficinas.
Brayan Cuba señaló que en ese momento el pánico se apoderó de las personas que estaban al interior porque el humo se expandió rápidamente y ante esa situación rompieron las ventanas para poder salir. "¡No nos maten!", gritaban los funcionarios.
En ese instante, los funcionarios empezaron a escapar por el techo. Fueron armadas sogas con cortinas y ropa para que la gente pudiera salir. Auxiliaron primero a dos bebés, luego a las mujeres y finalmente los varones.
Sonia Vallejos relató que en ese instante una "psicosis" se apoderó de las demás personas y para no ser agredidas se encerraron en las oficinas trancando la puerta con sillas y escritorios e incluso algunos se escondieron en los baños. Seis de ellos murieron.
Rodrigo Alarcón, funcionario municipal que estaba en otro lugar, manifestó que le llegaron mensajes por WhatsApp de sus compañeros pidiendo ayuda.