Alepo, la ciudad siria vive sin luz ni agua
Esta antigua urbe, ubicada al sur de Siria, es una de las más castigadas por la guerra y un emblema de supervivencia
La gente se lanza a las calles, en las que sólo quedan en pie los esqueletos de los edificios. El humo negro de las ruedas quemadas se eleva sobre la ciudad y las lecciones del Corán se escuchan a través de los altavoces de las mezquitas. Los residentes de los barrios en el este de Alepo están celebrando el fin del bloqueo a pesar del peligro de los ataques aéreos.
Una coalición de rebeldes liderada por islamistas consiguió romper el cerco que durante semanas mantuvo el Ejército de Siria. Pero volvieron a caer granadas. Desde hace días, la que fuera la orgullosa capital del norte de Siria está bajo continuos bombardeos y lo único que crece son las montañas de escombros a las que quedan reducidas las casas.
"En teoría uno se acostumbra", afirma Abu Raed de la parte este, que está bajo control rebelde. "La vida es cada día más difícil", afirma. Tras hacer una pausa agrega: "Pero todavía estamos vivos".
Durante casi tres semanas los barrios del este de la ciudad han estado cortados de todo contacto con el exterior. Pero después de que los insurgentes consiguieran romper el cerco la semana pasada, apenas ha cambiado la situación en la ciudad.
Los grupos rebeldes no han conseguido establecer un corredor seguro desde la ciudad hasta las afueras o a hasta otro punto. Tan sólo llegó a la zona de combate un pequeño envío de cajas de tomates y otras verduras. El pequeño sector sigue a diario bajo fuego por parte de la fuerza aérea rusa y la artillería siria.
La situación de los residentes empeora a diario. "Giras la llave del grifo y no pasa nada", cuenta el residente Abu Raed. "Enciendes la luz y nada". Apenas hay agua un par de horas al día, y nada de electricidad.
Durante días su barrio estuvo por completo sin agua, informaron los activistas. Entonces, los combatientes de Fatah al Sham, antes Al Frente al Nusra, llevaron combustible a la ciudad y con ello se pudieron poner en marcha las bombas de agua.
Los residentes en lugar de contar con los rebeldes moderados, se apoyan cada vez más en los islamistas, que oficialmente se han separado de la red terrorista Al Qaeda, pero siguen queriendo instalar el derecho islámico, la sharia, en el área bajo su dominio.
Es por ello que no se vislumbra el fin de los combates en Alepo, señalan desde el "think tank" estadounidense Stratfor. "La suerte de Alepo es de importancia vital tanto para los leales al régimen como para los rebeldes", afirma Stratfor. Para el presidente sirio Bashar al Assad y sus aliados la conquista de Alepo cimentaría su posición en una de las mayores ciudades del país, que de nuevo pasaría a estar bajo control del gobierno sirio.
Pero si pierden los rebeldes en Alepo, las esperanzas del derrocamiento de Al Assad acabarían destruidas. También por ello Alepo es un símbolo de toda la guerra civil en Siria.
Cada vez está más claro todo lo que está en juego en los combates, afirma el historiador y profesor universitario Juan Cole. "Los últimos años han demostrado que el régimen está totalmente reducido". De los 300 mil soldados que comenzaron luchando con Al Assad apenas quedan 80.000.
El régimen en Alepo tan sólo se sostiene con ayuda de las milicias chiitas de Hizbolá, de Líbano, los mercenarios afganos y los bombardeos aéreos rusos.
En el otro bando es cada vez más patente la importancia de los islamistas de Fatah al Sham, que hasta hace sólo unos días eran el Frente al Nusra antes de cambiar de nombre. Ambas partes se lo juegan todo en Alepo.
En tanto, los residentes siguen expuestos a combates diarios. Y así están desde hace más de cuatro años. En octubre pasado eran las tropas del Gobierno en el oeste de Alepo las que estaban sometidas a un asedio y ahora es el este de la ciudad, controlado por los insurgentes que, a pesar de haber roto el cerco, sigue casi en las mismas condiciones de asedio. Los expertos consideran prácticamente imposible que se pueda mantener un alto el fuego.
En una carta al presidente de Estados Unidos Barack Obama, los 29 médicos que siguen en el este de Alepo le dieron ayuda. Se trata de 29 médicos para unas 300 mil personas. "Durante cinco años la muerte vino de arriba", indicaron los médicos en referencia a los ataques aéreos. "Ahora la muerte está por todas partes", agregan. Numerosos pacientes, amigos y colegas sufren, indicaron.