Cómo La Paz se convirtió en un modelo de gestión de riesgos

A la Capital le urge una política seria para prevenir y atender desastres

DESASTRE. Una imagen de la terrible inundación que soportó La Paz en 2002.

DESASTRE. Una imagen de la terrible inundación que soportó La Paz en 2002.

PREVENCIÓN. El centro de monitoreo meteorológico de La Paz, que tiene los ojos en toda la ciudad.

PREVENCIÓN. El centro de monitoreo meteorológico de La Paz, que tiene los ojos en toda la ciudad.

ATENCIÓN. El albergue modelo de los paceños, donde actualmente viven algunos damnificados-

ATENCIÓN. El albergue modelo de los paceños, donde actualmente viven algunos damnificados-


    La Paz/CORREO DEL SUR
    Panorama / 13/08/2016 14:44

    En 2002, La Paz sufrió como pocas veces en su historia. Una feroz granizada cayó sobre la ciudad, las aguas inundaron sus calles –se llevaron todo lo que encontraron a su paso– y, peor, murieron 69 personas. Las pérdidas económicas alcanzaron a los $us 10 millones. La ciudad no estaba preparada para semejante castigo.

    ¿Siguen las cosas igual? Para nada. Casi 14 años después, La Paz aprendió la lección. Hoy, puede jactarse de haberse convertido en uno de los modelos de gestión de riesgos más avanzados del país. En la actualidad, no sólo es capaz de prevenir los desastres, sino que cuenta con una capacidad de respuesta envidiable.

    Un grupo de periodistas del país lo comprobó en una visita reciente al Centro de Operaciones de Emergencia de La Paz. Eso, gracias a un taller organizado por Solidar Suiza y el Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM), ambos de la Cooperación Suiza, que buscan que, como La Paz, otros municipios desarrollen la “cultura de la resiliencia”.

    ¿Qué es eso? La capacidad de adaptación y respuesta de un municipio frente a un agente perturbador o un estado de situación adverso, si se adapta el término al caso que nos ocupa. Por ejemplo, una inundación o un derrumbe. La mayoría de los municipios del país no están preparados para eso.

    La Paz lo sufrió en 2002 y también en 2011. Ese año, un increíble deslizamiento de tierra –conocido como el “megadeslizamiento” entre los paceños– arrasó con 223 hectáreas de terrenos, destruyó ocho barrios enteros y dejó a 6.000 personas en la calle. Otros 41 barrios quedaron sin agua potable.

    La Paz aprendió también la lección en ese entonces. Y, tras esas dos fuertes experiencias, de tener un simple retén de emergencias en 2002, pasó a tener una Secretaría Municipal de Gestión Integral de Riesgos. Hoy es un modelo para otros municipios del país.  

    La ciudad lo necesitaba. El lugar donde se asentó la urbe era un hermoso valle con miles de árboles y un río, el Choqueyapu, que hoy atraviesa el centro paceño y transcurre debajo de El Prado. El cemento tapó el río y se comió los árboles poco a poco, hasta copar casi todo el valle. Por esa causa, el 70% de la ciudad presenta actualmente algún tipo de riesgo. Además, tiene 364 ríos que la cruzan.

    “En 2002, se inició un cambio en la visión municipal. De tener una gestión de riesgos totalmente reactiva, es decir, de esperar que pase la emergencia para atenderla, hemos pasado a tener una gestión de riesgos proactiva, que hace énfasis en la reducción de desastres. Después de 2002, nos dimos cuenta que requeríamos mayor organización y una mayor interrelación con otras instituciones”, contó el responsable del Centro de Operaciones de Emergencia de La Paz, Mauricio Claros, en una charla con los periodistas.

    Hoy, La Paz no tiene un solo centro de atención de emergencia, sino varios situados en zonas estratégicas de la ciudad. Si algo pasa en la zona sur, hay cerca un centro de atención de emergencias.

    La Paz tiene un centro de monitoreo que analiza posibles problemas climatológicos. Tiene un radar que le permite detectar las nubes cercanas a la ciudad y su grado de riesgo. Si va a llover en La Paz, la gente de riesgos de la ciudad lo sabe.

    El Centro de Operaciones de Emergencia de La Paz, además, tiene instaladas cámaras en zonas vulnerables. Así es como saben si tendrán un desborde.

    Con esos instrumentos, la gente de Riesgos sabe cuándo activar una alerta. Si hay peligro, se cierran calles, puentes y se ubica a la gente en zonas seguras. Si en 2002 La Paz habría estado preparada como ahora, otra habría sido la historia. La Paz planea seguir mejorando su modelo de gestión de riesgos. En el futuro cercano instalará sirenas en las zonas peligrosas. Eso, para alertar a la gente.

    La Paz también aprendió de los deslizamientos. El desastre de 2011, la obligó a crear reparticiones que hoy se ocupan de estudiar los suelos y de elaborar proyectos que están evitando nuevos desastres.

    Si vuelve a registrarse un gran deslizamiento, La Paz ya tiene a dónde evacuar a la gente: cuenta con albergues modelo con todo lo necesario listo para recibir a los damnificados. Y el personal está preparado para saber qué hacer en esos casos.

    ¿Hay que esperar que se venga un desastre para imitar a La Paz? Los expertos de La Paz contaron su experiencia para alertar a otros municipios que deben trabajar en el asunto si quieren evitar desastres como los ocurridos en la urbe paceña.

    Sucre podría aprender mucho de La Paz. Actualmente, la ciudad sólo cuenta con un retén de emergencias que no tiene personal permanente ni capacitado. La Alcaldía prepara un plan de emergencias para la época de lluvias, pero nada más.

    La ciudad tiene sólo un centro de operaciones, alejado de las zonas más vulnerables. No tiene un centro de monitoreo meteorológico ni cámaras en las zonas peligrosas. No tiene un sistema de prevención de riesgos. Si se inunda la zona del Mercado Campesino, no hay forma de prevenirlo, según un ex funcionario del Retén de Emergencias.

    El año pasado, contaba con 30 personas capacitadas para atender desastres. Hoy ya no están. La Paz tiene personal especializado en todas las áreas: desde rescate hasta tratamiento psicológico.

    Si se produce un deslizamiento como en Villa Rosario, no tiene gente especializada para tratar el problema. La Paz tiene expertos que se ocupan de estudiar la tierra y de evitar nuevos desastres como esos. La ciudad tampoco cuenta con un albergue, en caso que se necesite evacuar a la gente.

    El encargado de Infraestructura Externa y Emergencias, Agustín Ramos, dijo que por estos días la Alcaldía se ocupa de elaborar el plan de emergencias de todos los años y tiene planeado conformar el Comité Municipal de Reducción de Riesgos y Atención de Desastres (COMURADE). La Ley de Gestión de Riesgos de 2014 así lo exige. La ciudad apenas está empezando a ocuparse del asunto.  

     

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