Niñas y adolescentes en la república
Durante la época republicana, pocas mujeres pudieron hacer públicas sus opiniones; los casos extraordinarios acudieron a periódicos

La invisibilización de la mujer, la discriminación y la violencia de la que es víctima actualmente son problemas que la aquejaron a lo largo de toda la historia de Bolivia en la que si bien hubo matices y avances, éstos no fueron suficientes porque hoy en día continúan repitiéndose los mismos discursos de hace tres siglos.
Encontrar el registro de la “voz” de las mujeres durante la época republicana, es como buscar una aguja en un pajar. Como en vida, sus rostros, pensamientos, deseos y necesidades no fueron escondidos, sino ignorados y salvo en contados espacios, como el de los periódicos, no se cuenta con información de lo que ellas eran en esos tiempos.
Así lo advierte una investigación histórica sobre la situación de las “Niñas y adolescentes en la Bolivia republicana: entre prejuicios, disciplinamientos y rebeldías”, realizada por Ana María Lema, María Luisa Soux y Rossana Barragán. El estudio fue encargado por el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) a propósito del Día Mundial de la Población y buscndo que se destinen recursos para aliviar la situación de las niñas, especialmente de las de diez años de edad, una edad crucial entre la niñez y la adolescencia, explicó la representante del UNFPA, Ana Angarita Noguera.
En la investigación realizada con fuentes secundarias y que fue presentada en formato de libro en pasados días, se indica que el principal hallazgo es precisamente la ausencia e inexistencia de fuentes sobre niñas y adolescentes durante el periodo republicano de Bolivia.
No hay censos ni padrones en los que figuren ni ellas ni los indígenas que eran una gran parte de la población. Su presencia se limita a contados documentos en los que se advierte su discreta presencia en casos judiciales, por ejemplo, como víctimas de delitos o beneficiarias de testamentos.
“Ellas son invisibles, no son actoras y si aparecen en la documentación es como víctimas más que como sujetos de su propia historia”, indica el libro.
Sin embargo, algunas mujeres como María Josefa Mujía o Adela Zamudio, pudieron en su momento pudieron hablar por sus derechos y su situación.
MUNDOS DISTINTOS
Mientras las niñas de clases sociales altas sí accedían a una educación particular en sus casas, pero a ocultas de su mismo entorno, las niñas del área rural ingresaban desde una edad muy temprana al trabajo.
De acuerdo con la recopilación de datos realizada, las niñas que vivían en el campo se dedicaban desde muy pequeñas a actividades del agro y la familia, sino era servidumbre.
Una de las investigadoras, Ana María Lema, precisa que durante el periodo que decidieron estudiar los documentos y trabajos sobre las niñas y adolescentes en el país, evidenciaron que la situación de ese grupo va cambiando pues la niña muchas veces es considerada un estorbo, “a ratos un adorno, en muchos sectores, en los más populares, la niña es parte del mundo laboral, cuidan a niños, ganado, trabajan en casas desde pequeñas, son parte de la fuerza de trabajo y eso reduce su acceso a la escolaridad”, comenta.
Una situación que todavía se da, puesto que todavía se tiene conflictos en la inserción de las niñas en el sistema educativo porque ahora, como en ese entonces, todavía se relega a la mujer a su “función de madre”, expone Lema, al afirmar que la investigación es la puerta a una veta importante para los historiadores.
“Hemos entreabierto la puerta, hay más estudios que se deberían hacer porque descubrimos que sí se pueden trabajar fuentes, por ejemplo iconográficas, sobre la historia de las niñas, para ver cómo aparecen o cómo no aparecen y tal vez regionalizar el asunto, ver si en Sucre y Potosí pasaba lo mismo que en Santa Cruz”, recomienda.
Lema afirma que el trabajo puede considerarse pionero porque si bien se avanzó en la historia de las mujeres, sobre niñas, casi no hay estudios y en general, en Bolivia, hay escasos trabajos sobre la historia de la familia.
DIEZ AÑOS, EDAD CLAVE
Un informe realizado por el UNFPA en conmemoración del Día Mundial de la Población el pasado julio, pide invertir más en las niñas de diez años de edad, con políticas públicas y programas que garanticen que tenga acceso a un desarrollo integral, comenta la representante en Bolivia del fondo de la ONU.
¿Por qué? Porque esa edad es clave en el desarrollo de la mujer, cuando la niña pasa a la adolescencia, una edad muy poco considerada en planes y que requiere una atención adecuada para garantizar que las mujeres tengan acceso a la salud, terminen la secundaria, se prevea el embarazo no deseado y se trabaje para que puedan seguir sus sueños y aspiraciones.