El Monte Everest, un peligro para alpinistas
La montaña más alta del mundo constituye un desafío físico extremo para quienes intentan alcanzar su riesgosa cima

A partir de los 7.000 metros de altura en el Everest, las uñas se ponen azules porque falta oxígeno en la sangre. Ya con 8.000, nadie que no esté entrenado debería intentarlo: sin aire artificial, en pocos minutos quedaría inconsciente. A ello se suman, además, temperaturas glaciales muy por debajo de los cero grados.
Los informes son claros: el cuerpo humano no está hecho para funcionar a alturas tan extremas. Aun así, cada año centenares de personas se arriesgan a enfrentar estas dificultades.
En 2017, el país otorgó licencias de ascensión a 375 escaladores extranjeros y 400 nepaleses que buscaban alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo, 8.848 metros por encima del nivel del mar.
RESCATISTAS
Nunca hubo tantos. Para seis de ellos, no obstante, el intento ya terminó con la muerte. A mediados de mayo, además, los rescatistas descubrieron otros cuatro cadáveres, que estaban en las faldas de la cumbre desde el año pasado.
"Los rescatistas descubrieron los cadáveres en tiendas de campaña de campamento 4, cuando en realidad buscaban otros muertos", dijo Gyaendra Shrestha, del Ministerio de Turismo de Nepal.
El campamento 4 se encuentra a alrededor de 7.950 metros de altura y es el último refugio de los alpinistas antes de llegar a la cima del Everest. Está ubicado en la llamada "zona de la muerte", en la que incluso los más experimentados deben parar y respirar prácticamente después de cada paso.
El miércoles, en el Ministerio se creía que eran cuatro los escaladores desaparecidos. Un día después se supo que estaban muertos desde del año pasado.
ZONA CAMBIANTE
Kapindra Rai, del Comité para la Seguridad y Limpieza del Everest, dijo no sentirse sorprendida. "A causa de las fuertes nevadas a tanta altura, la zona cambia permanentemente", expresó.
"Con eso viene la falta de oxígeno, que hace imposible el esfuerzo intenso. Por eso los muertos pueden encontrarse muy tarde o no encontrarse", agregó.
Las difíciles condiciones provocaron una controversia entre escaladores que regresaban del Everest. Varios de ellos habían afirmado que el Hillary Step, una formación de 12 metros de altura justo antes de llegar a la cumbre, había colapsado.
Poco después, sin embargo, otros escaladores afirmaron lo contrario: con la intensa nieve y la mala visibilidad, el famoso paso da la impresión de haber desaparecido.
Ni el Ministerio de Turismo ni la asociación de escaladores más importante del país quiso pronunciarse sobre el asunto. Ambas entidades afirmaron que querían escuchar primero a otros testigos antes de manifestarse oficialmente sobre el tema.
LADERAS
Pero el riesgo en el Everest no está limitado a sus laderas. El aeropuerto de Lukla, a más de 2.800 metros de altura y punto de partida de casi todas las expediciones rumbo a la cima, está considerado uno de los más peligrosos del mundo, por las condiciones extremas que presenta.
El último fin de semana de mayo, el piloto y el copiloto de un pequeño avión de carga murieron y una asistente de vuelo resultó herida cuando la nave se estrelló contra una pared de roca, en el momento que intentaba comenzar el aterrizaje. Los investigadores lo atribuyeron al mal tiempo, con intensas lluvias y mucha bruma.
Dos días después, el piloto de un avión militar de carga que llevaba provisiones para la zona murió y dos integrantes de la tripulación sufrieron graves heridas cuando la aeronave se desplomó en un campo de cultivo, después de que no pudiera aterrizar en el aeropuerto como consecuencia del clima.