Europa se prepara para los automóviles del mañana
Alemania, año 2030. Por las carreteras circulan silenciosos taxis-robot, conducidos mediante apps y sin necesidad de volante. Por supuesto, son eléctricos, igual que los aero-taxis que vuelan sobre los tejados.
Alemania, año 2030. Por las carreteras circulan silenciosos taxis-robot, conducidos mediante apps y sin necesidad de volante. Por supuesto, son eléctricos, igual que los aero-taxis que vuelan sobre los tejados. Rara vez se producen accidentes, pues los vehículos se comunican entre sí.
¿Será este el mundo automovilístico del mañana? En estos tiempos de crisis del diesel resulta difícil de imaginar, pero expertos y desarrolladores creen que se trata de un escenario realista. No en vano, la digitalización y los combustibles alternativos son los temas que centrarán el Salón del Automóvil (IAA) de Fráncfort. "La industria del automóvil se encuentra sumida en un cambio fundamental", afirma el presidente de BMW Harald Krüger. "Si queremos seguir siendo significativos en el futuro, debemos actuar aquí y ahora".
"El problema de los automóviles es de sobra conocido: malgastan recursos y energía y son contaminantes", señala Kurt Möser, profesor del Instituto de Tecnología de Karlsruhe. Y los conflictos medioambientales tampoco son nuevos: ya a mediados de los 80 se impuso como obligatorio el uso del catalizador, tras superar una ardua resistencia.
Esta vez, en cambio, está en juego un tema clave. Han pasado exactamente dos años desde el escándalo de las emisiones diésel en Volkswagen (VW) y los test realizados a otros fabricantes ponen de manifiesto que los vehículos son mucho más contaminantes de lo que supuestamente deberían. El sector se halla sumido en una crisis de credibilidad.
La principal resistencia contra la prohibición de los motores diesel la protagoniza el floreciente sector de los todoterreno, con los que la industria amasa ingentes cantidades de dinero. Además, los fabricantes europeos necesitan estos motores para cumplir con los criterios de CO2 marcados por la Unión Europea, pues con un rendimiento similar, su consumo es menor que los de gasolina y, por tanto, suelen emitir menos dióxido de carbono.
Durante mucho tiempo se ha acusado a los fabricantes alemanes de frenar el avance de los vehículos eléctricos. Y en esta pugna destaca el nombre del empresario sudafricano-estadounidense Elon Musk, que ya revolucionó el pago por Internet con Paypal o el transporte espacial con SpaceX. En 2004 entró en el sector del coche eléctrico con Tesla, cuya sede se encuentra en Palo Alto (Silicon Valley).
Entre los problemas del coche eléctrico para imponerse en el mercado figuran su elevado precio y su escasa autonomía. A ello se suma el escepticismo en materia ambiental: ¿realmente son menos contaminantes que los de gasolina o diésel? Según un estudio del Instituto de Energía e Investigación Ambiental Ifeu, su proceso de fabricación es muy contaminante. Además, ¿de qué servirían si la electricidad, en lugar de proceder de una fuente renovable, viene del carbón? El cambio en el transporte está ligado a un cambio energético.
AUTOMÓVIL DEL FUTURO
En cualquier caso, son tiempos emocionantes para los desarrolladores. Como Tobias Sandmann, que actualmente prueba en Aquisgrán el vehículo de investigación "SpeedE". De aspecto futurista, recuerda al DeLorean de "Back to the Future", con funciones como un asiento central giratorio o ruedas que pueden girar 90 grados (frente a los 38 de un auto normal), lo que facilitaría enormemente aparcar.
El ingeniero Adrian Zlocki es experto en vehículos sin conductor. "En lo tecnológico estamos relativamente avanzados", sostiene. Pero, ¿cuándo estará esta tecnología madura para el mercado y cuándo la aceptará la gente? Eso es lo que investiga en Aldenhoven, cerca de Aquisgrán, donde analizan cómo se comunicarán en el futuro vehículos y peatones.